Agustín Artiles Grijalba –Champi-
A menudo nos preocupamos excesivamente por encontrar nuevas fórmulas que ayuden a nuestros nadadores a logar un mejor rendimiento, nos obsesionamos con la magnitud e intensidad de las cargas de trabajo, le concedemos demasiado poder a la rapidez de nuestros dedos al apretar el cronometro en los entrenamientos y descuidamos otros aspectos de vital importancia para nuestros intereses y los del atleta. Son detalles que al final cuentan y que si no los consideramos como merecen, nos impedirán alcanzar nuestros propósitos.
Una buena alimentación facilita a nuestro cuerpo las sustancias necesarias para el óptimo funcionamiento. Solo con una apropiada nutrición y un entrenamiento preciso el nadador conseguirá los mejores resultados. Los trabajos largos e intensos vacían los depósitos de glucógeno muscular y la mejor manera de restituir sus niveles es mediante una ingesta apropiada, basada especialmente en los carbohidratos y de los aminoácidos derivados de las proteínas.
Ingerir la cantidad suficiente de bebidas con electrolitos y sales minerales durante la sesión de trabajo y una vez finalizada la actividad, nos ayudarán a mantener una buena hidratación y aportarán a nuestro organismo una parte esencial de los nutrientes necesarios que aseguren la buena marcha del mismo, evitando de paso una inoportuna deshidratación que provocará la fatiga y disminución del rendimiento.
Hago referencia a lo que denominamos Entrenamiento invisible, todo aquello que debería realizar el nadador fuera de la piscina para seguir progresando y desarrollando su potencial y que escapa al control del preparador por realizarse fuera del entrenamiento convencional.
Una impecable higiene personal, el correcto cuidado del material utilizado para la preparación diaria y en competiciones, la observación lógica y necesaria para llevar a cabo de manera óptima las exigencias extraescolares, la motivación pertinente para encaminar nuestros objetivos, son factores que influyen en la preparación de los deportistas.
Todo ello, unido al control eficaz de la frecuencia cardiaca durante el esfuerzo y el descanso, la vigilancia idónea por parte del nadador y su entrenador del estado físico, la utilización de medios que faciliten una recuperación más rápida (Masajes, Sauna, Baños de contraste, Crioterapia y otras técnicas), serán de gran utilidad en nuestras intenciones.
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