Agustín Artiles Grijalba _Champi-

Si algo tiene los nadadores Junior es un punto de inconformismo y rebeldía propia de su edad. Les gusta ser tratados cómo adultos, conocer el por qué de las cosas y que tengan en cuenta su opinión, cuenten con ellos sin imposiciones e indiferencia y con la consideración oportuna.
Ya no son críos, son deportistas con mayor formación y conocimientos que después de años de dedicación y sacrificio adquirieron una mentalidad más abierta y distinguen rápidamente tu grado de implicación, si te preocupas o no por su bienestar y hasta donde estás dispuesto a llegar para alcanzar el éxito.
Con los años aprendieron que la preparación y el estado de forma no son lineales, que tienen altibajos y que han de insistir, si quieren alcanzar sus objetivos. Entienden que sin esfuerzo no hay recompensa y que por mucho talento que puedan tener necesitan trabajar duro, de lo contrario no llegarán las victorias. Poseen una mayor percepción de sus errores técnicos, les encanta corregirlos y valoran por encima de todo la sinceridad y franqueza.
En ocasiones ponen mucho empeño y son muy críticos consigo mismo. Les ilusiona mejorar la técnica y corregir y perfeccionar los gestos técnicos necesarios para nadar mejor y ser más eficientes. A veces se plantean metas irreales y objetivos imposibles de lograr y como entrenador me parece excitante encontrar los recursos necesarios para ayudarles en su preparación e impulsar su rendimiento, demostrarles que la paciencia es una gran virtud y que es bueno marcarse retos elevados, pero factibles.
Todas estas virtudes no tienen por qué ser compartidas necesariamente por todos y cada uno de ellos y ellas, dependerán esencialmente de como vean y sientan las cosas, por las limitaciones personales y por la forma de comprender y proceder propias.
Imágen
Iván González Arencibia, Juan Agustín Rodríguez Perera, Jony llarena García y Ricardo Roque Mederos, nadadores del C.N Las Palmas, en un campeonato de España en Lleida, a mediados de los años 90. Grandes recuerdos