ENTRENAR VELOCIDAD CON BAÑADOR DE POLIURETANO

Agustín Artiles Grijalba -Champi-

No hay sensación más gratificante para un velocista que nadar más rápido, sentir que fluye en el agua y que es capaz de avanzar sin aparente esfuerzo, con rapidez y ligereza. Superar la barrera de velocidad no es fácil, requiere tiempo, talento, esfuerzo y un alto grado de concentración, además de una habilidad técnica específica para cada nadador. Los atletas responden de manera diferente al entrenamiento y saben que una misma sesión de trabajo no es igual para todos y que cualquier detalle técnico puede ser válido para batir sus marcas.

Si algo tenían los bañadores de poliuretano es que permitían avanzar más deprisa, conseguir marcas, a priori inalcanzables con los bañadores de siempre y un acicate extra difícil de valorar. Una vez que fueron prohibidos decidí incluirlos en mi planificación anual y comprobar si su efecto podría resultar beneficioso en su preparación.

Creo sinceramente que la motivación es el mayor arma de que disponemos para mejorar las prestaciones por lo que el primer objetivo es crear una atmósfera de trabajo y de competitividad lo más excitante posible. Los chicos asistirán esos días a la piscina con la actitud adecuada, ansiosos por demostrar lo que son capaces de hacer. Saben que van a entrenar pocos metros pero muy intensos, que van a disfrutar y que van a conseguir objetivos más fácilmente, que quizá puedan resultar engañosos pero con un efecto estimulante que en mi opinión compensa con creces cualquier inconveniente. Al final se irán a su casa con una sonrisa en el rostro y orgullosos del deber cumplido. Sigue leyendo