Agustín Artiles Grijalba -Champi-
Siempre digo que los deportistas jóvenes necesitan referentes en los que fijarse, que inspiren sus actuaciones, infundan valores y les aporten seguridad, vivencias deportivas y atrevimiento. Que mejor que los protagonistas de esta anécdota para reafirmar mi creencia.
Lourdes Becerra y Frederik Hviid siempre me parecieron unos nadadores excelentes con las ideas muy claras, sabedores de lo que querían y hacia donde se dirigían sus objetivos. Atletas experimentados y sensatos que supieron en todo momento apreciar la dificultad de esas metas, pero sobre todo apasionados y perseverantes en sus intenciones, serenos y tranquilos en los momentos delicados y capaces de canalizar sus emociones.
Siempre te infundían la certeza y tranquilidad de poder contar con ellos, difícilmente fallarían en los momentos claves y en caso de apuro reaccionarían con entereza ante la adversidad
Campeonato del Mundo en piscina de 25 metros, Hong Kong 1999. La delegación española está compuesta por Lourdes Becerra, Frederik Hviid y como entrenador, Paulus Wildeboer que ejercía además de delegado y encargado de llevar al evento la bandera y el himno por si fuera necesario utilizarlo en caso de pódium. La anécdota, que al principio provocó las risas lógicas de ambos nadadores fue toda una premonición que se convertiría al final en 2 medallas de bronce, con el mérito añadido de cómo fueron conseguidas, según propias palabras de Lourdes Becerra, como describo a continuación.
El viaje fue una odisea y perdimos el avión que nos trasladaba a París. Veníamos del Campeonato de España en Cádiz y a medio camino salimos la capital francesa habiendo hecho las marcas mínimas necesarias para el Campeonato de Europa de verano. Hicimos una noche más de la cuenta en el aeropuerto de París donde la equipación voló hasta Hong Kong y para no estar sin nadar buscamos una piscina en uno de los hoteles del aeropuerto, donde tuve que comprar un bañador y nos tiramos a nadar entre bañistas relajados
A veces lo más importante para alcanzar el éxito consiste en adaptarte a los obstáculos que se presentan, el carácter y la personalidad que demuestres en esos momentos para saber explotar tus habilidades
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