¡VAYA PURO!

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Agustín Artiles Grijalba –Champi-

Has esperado durante bastante tiempo un momento similar, tu estado de forma es auténtico y no estás dispuesto a dejar pasar la oportunidad de lograr tu deseo, te armas de valor y te lanzas en busca de tu ansiada conquista.

Sales como una exhalación y a mitad de la carrera dispones de una enorme ventaja sobre tus rivales, que parece definitiva. El último viraje ya está aquí y la fatiga amenaza tú objetivo, las buenas sensaciones han desparecido y tu longitud de brazada ya no es la misma, apenas sientes tus piernas y tus brazos difícilmente los puedes mover.

Los últimos metros se hacen eternos, tus rivales ya te sobrepasaron y aún te queda un calvario para llegar a la meta. Todo menos rendirse, haces un esfuerzo final y logras terminar agotado. Te cuesta salir del agua, apenas te puedes mover y te crees morir.

¿Quién me mandaría salir tan rápido?

Una mala decisión a la hora de competir, un esfuerzo innecesario al principio del recorrido, un cambio de ritmo excesivamente brusco en uno de los tramos pueden resultar fatales para tus aspiraciones. No importa lo bien preparado que estés, el volumen de metros que hayas entrenado y la intensidad con la que hayas ejecutado las repeticiones, si en el instante preciso no eres capaz de dosificar convenientemente tu esfuerzo.

Salir rápido a veces funciona, generalmente con nadadores que les gusta dejar atrás a sus rivales y poseen la aptitud y la confianza necesaria para mantener la ventaja en los metros finales. También puede ser efectivo en determinadas circunstancias, cuando te enfrentas a contrincantes sin alma y espíritu de superación, que se rinden a las primeras de cambio.

De hecho importantes victorias se lograron de esta manera, pero en mi opinión es una táctica demasiado arriesgada y poco eficaz, que en la mayoría de las ocasiones tirará por tierra todas tus esperanzas.

Acepta los siguientes consejos, que espero te ayuden en tus propósitos:

  • Aprende y perfecciona diferentes tipos de ritmo en tus sesiones de práctica.
  • Elige el ritmo apropiado con la frecuencia óptima, te permitirá controlar con mayor eficacia los parciales, especialmente los de la primera parte de la carrera.
  • Los mejores nadadores utilizan generalmente 2 tipos de planteamiento, uniforme y negativo. En el primer caso se trata de nadar a la velocidad óptima posible y mantenerla hasta el final sin tener que desacelerar al concluir la distancia. El parcial negativo consiste en nadar la primera parte de la prueba a una velocidad ligeramente inferior para después aumentarla.
  • Jamás improvises, genera desconfianza.
  • Controla tu ímpetu, una excesiva motivación puede influir negativamente en tu actuación

Personalmente creo que lo principal es encontrar la opción que mejor se adapte a tus posibilidades, la que te ofrezca mayor seguridad y confianza y con la que estimes obtendrás mejores prestaciones. Nadar más lentamente en la primera fase con el fin de retardar la aparición del ácido láctico me parece la elección más lógica, pero insisto una vez más , todo dependerá de vuestras características personales.

Los «pulpos» en el deporte no son exclusivos de los atletas modestos, nadadores consagrados de élite, incluso campeones olímpicos, los sufrieron en sus carnes en alguna ocasión. Todos conocemos algún caso, nos llevamos las manos cabeza, e incluso sonreímos cuando esto sucede, pero estoy seguro que a los protagonistas no le hizo la misma gracia.

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