EL ENTRENADOR NO HACE CASO A MI HIJO

Agustín Artiles Grijalba –Champi-

Imagina la situación, el entrenador de tu hijo aparece de repente en tu oficina, se dirige a tu jefe y critica sin piedad como trabajas. Desconoce por completo tu profesión, los años de estudios y preparación que necesitaste para ejercer tu trabajo y no tiene otra cosa que hacer que desprestigiar tu labor.

Lo hace sin pestañear, sin tener en cuenta lo que te juegas y sin respeto ni consideración alguna. Te enfureces y te preguntas:

¿Qué se ha creído este tipo?

¿Quién es para decirme lo que yo tengo que hacer?

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Algo similar sucede en ocasiones en nuestro campo y sin embargo cuando ocurre se acepta y se ve con naturalidad que así sea. A veces se desacredita con extrema facilidad nuestra labor sin justificación alguna, con la inevitable repercusión negativa para nuestro trabajo, sin tener en cuenta las posibles consecuencias para nuestra estabilidad personal, laboral y familiar.

Presidente, el entrenador de mi hijo/a no le corrige los virajes y le ha regañado sin motivos. Dice que ha faltado a entrenar 3 semanas y que no le pondrá en la competición en esas condiciones. ¡Yo pago mi cuota mensual como el resto y no estoy dispuesto a que esto suceda!. Además, tiene sus favoritos, a mi chico no le presta atención y le tiene manía.

No me imagino a ningún profesional de cualquiera actividad que se precie que no tenga claro lo que tiene que hacer para triunfar en su trabajo. Pondrá mayor o menor interés en su actividad, pero al final será el principal responsable de sus acciones, aunque solo sea porque en ello le va su empleo.

Tal vez sería apropiado reflexionar un poco en ello, discernir  y examinar las competencias y facultades que un entrenador de natación ejerce habitualmente en su trabajo y quizá nos sorprendería. Son tan solo algunas atribuciones que se le presuponen a un técnico de natación cualificado y tan solo por eso bien merece un respeto

  • Liderazgo y conocimientos propios de la actividad
  • Paciencia y seguridad para llevar a un buen puerto sus objetivos
  • Habilidad para dirigir a su pupilos al triunfo con vocación educadora, psicológica y de formación
  • Destreza para concebir ilusión

Nos parece que los consejos técnicos de aquellos que no viven el día a día de la preparación del deportista y desconocen de primera mano las ilusiones y los desencantos del nadador, no contribuyen a mejorar el rendimiento y esas atribuciones deben correspondernos solo a nosotros.

 

 

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