Agustín Artiles Grijalba -Champi-
Puede que un día cualquiera, en un instante determinado, o durante años seas el mejor, que todos te alaben como si de un futuro campeón olímpico se tratase y tal vez mañana y cuando menos lo esperes, las cosas vengan torcidas, tu buena estrella se apague y tengas la impresión de que ya no sirves y estés acabad@.
Es como si nuestra memoria hiciera aguas y no alcanzara a recordar aquellos instantes de magia que todos celebramos y no dudamos en atribuirnos como propios, cuando algunos de nuestros chic@s vistieron sus ilusiones de fiesta y lograron proezas inimaginables que parecían estar muy lejos de sus mejores proyectos.
Me descorazona ser partícipe de todo lo descrito y contemplar temporada tras temporada algunos de nuestros mejores nadadores y técnicos tienen que hacer las maletas y marchar a otros países en busca de la oportunidad que en el nuestro no encuentran y conquistar más fácilmente algunos de aquellos derechos elementales que en mi opinión jamás les debería faltar a un deportista en su entorno, educación, compromiso y excelencia
Todo lo expuesto no es culpa o exclusividad de unos pocos y menos de alguien en particular. Es de tod@s. Tuya, mía y de una sociedad que castiga sin pudor cualquier fallo cuando vienen mal dadas, que no se reprime en ensalzar de manera desmedida los éxitos y las virtudes deportivas de unos atletas destacados y que no sabe ponerse a su lado cuando los resultados no están de su parte y les arrincona sin apenas prejuicios.
Mientras tanto seguiremos viendo pasar el tiempo con los ojos cerrados a una cruda realidad, buscaremos nuevas vías de planificación y fórmulas para perfeccionar e impulsar la preparación de los atletas, nos empaparemos de información técnica y noticias sobre nuestro deporte y nos asombraremos viendo vídeos de los mejores campeones mundiales y olímpicos como si con ello lo tuviéramos todo resuelto, olvidando una vez más nuestro mayor potencial y razón de ser, los nadadores.
Ojalá estas reflexiones se conviertan algún día en tan solo un amargo recuerdo.
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