Agustín Artiles Grijalba –Champi-
El siguiente relato es tan solo un ejemplo de algunos de los problemas que acucian a nuestro deporte, realidades con las que convivimos a diario, dañan nuestra imagen, lastran a la natación y golpean irremediablemente a nuestra línea de flotación, haciéndonos en mi opinión más débiles y vulnerables.
2 nadador@s de un mismo club compiten por un mismo objetivo y ambos consiguen sus metas y se clasifican para la competición soñada. Sin embargo el entrenador de ambos incomprensiblemente recibe tan solo críticas por su brillante trabajo.
Resulta que el triunfo de uno de los pupilos a su cargo se debió a la carga de preparación excesiva que llevaron a cabo durante la temporada y los “entendidos” de turno no escatiman en poner en tela de juicio su planificación y la forma de obtener los resultados.
Curiosamente la victoria de su compañero de aventuras se fundamentó en su gran talento y en la buena suerte. Su victoria estaba cantada, se veía venir y de hecho ya lo habían predicho ell@s con anterioridad, que para eso son adivinos, como si el técnico no hubiera influido y fuese tan solo una figura decorativa que animaba con su presencia el esfuerzo de sus nadador@s.
Ahí no queda todo, como premio a su osadía y buen hacer el preparador de ambos deportistas recibe el reconocimiento y el premio a su trabajo. La temporada siguiente los chic@s ya no entrenarán a su lado, porque es mejor que lo hagan en mejores condiciones y con un profesional más exitoso.
De repente el entrenador que contribuyó con su trabajo y dedicación en los triunfos de ambos deportistas y los de su equipo es un cateto. Ya no posee el nivel suficiente para dirigir su programación deportiva y mucho menos se le concederá el lógico y simple reconocimiento de continuar su impagable labor con ell@s y tampoco se le ofrecerá la confianza y el apoyo necesario para alcanzar nuevas victorias.
A partir de ahora las posibilidades de triunfo de sus muchacho@s ya no pasarán por sus manos. Las metas resultan demasiado ambiciosas para él y una entidad tan modesta que generarían un gasto innecesario y violento para las arcas del club, que de ninguna manera está dispuesto a desembolsar más de la cuenta y compensar como merece el trabajo de su técnic@, al que no le quedará más remedio que ejercer otras labores para poder subsistir y buscarse la vida en otros terrenos.
Lo mejor es que se marchen a otro equipo, que entrenen en un Centro y de paso nosotros buscamos otro preparador más barato.
Cómo va a ganar el entrenador un sueldo decente si tan solo le dedica a nuestros chic@s varias horas diarias, convive con ellos más que su propia familia y se convierte es su mayor apoyo en los buenos y malos momentos. Planifica su preparación y tiene la desfachatez en muchos casos de actuar como confidente y educador, se preocupa por su bienestar y se pone al día de los nuevos sistemas de entrenamiento, para potenciar su rendimiento
¿Estamos locos?
Esa labor la puede hacer cualquiera. Tan solo necesita un crono en la mano y con 800-1000 eurillos va que chuta, o acaso se ha pensado que va a ganar más que yo en mi propio trabajo.
¿Por qué tanta envidia e ignorancia?
¿Por qué somos propensos a cambiar las cosas que funcionan?
¿No sería mejor dotar a nuestros profesionales de los medios necesarios para ejercer su labor en las condiciones idóneas de trabajo y aprovechar sus virtudes?
Me imagino que estas, otras situaciones y realidades que enumero a continuación son un clásico en cualquier profesión y probablemente también serán comunes en otros países, pero da la casualidad que este es el mío, el que amo y me interesa y no soy capaz de comprender que en pleno siglo XXI casos así aún sean posibles y me encantaría que desaparecieran.
- Vender humo e Infundir a los nadadores objetivos elevados e imposibles de superar, que al no conseguirlos provocan tristeza, abatimiento y en muchos casos abandonos precipitados.
- Obviar y despreciar las opciones de aquellos nadadores que en sus comienzos no logran prestaciones brillantes, porque su grado de maduración biológica es inferior a lo habitual
- Aplicación de cargas inapropiadas e injustificadas de entrenamiento, sin el control adecuado que perjudican la salud y provocan lesiones.
- Desprestigiar y criticar la labor de los compañeros.
- Conformismo, pensar que todo está hecho y relajarse con los objetivos
“Ya conseguí la mínima, con eso es suficiente”
- Necesidad de mayor autocrítica de todos los estamentos.
- Dificultad para compaginar natación y estudios, especialmente en categoría absoluta.
- Falta de apoyo y reconocimiento en los momentos complicados del deportista
Quizá se trate tan solo de cuidar algunos aspectos, que a continuación enumero y no seamos consientes de ello:
- Disfrutar de una vez por todas con los éxitos de nuestros nadadores sin tapujos ni disculpas. No pasa nada por sentirnos orgullosos de ellos y nuestros técnic@s cuando obtienen hazañas importantes.
- Tal vez debamos aprender a valorar la satisfacción del trabajo bien realizado, aceptar sin reservas que lo barato sale caro y apreciar como merecen los años de esfuerzo y dedicación que necesitaron deportistas y técnicos para conseguirlos, apoyando sin pretextos ni fisuras sus triunfos y sinsabores.
- A lo mejor debemos aprender a ser más realistas y menos viscerales con los éxitos de los nuestros. Evitar subir como la espuma cuando obtienen un éxito destacado, para hundirnos posteriormente cuando nuestras esperanzas no se vieron correspondidas.
- Puede ser también que debamos ir más de la mano y así nos sentiríamos más arropados y poderosos, que ejerzamos como debiéramos nuestro derecho y voluntad de opinar ante las injusticias y así nuestra imagen saldría más fortalecida, o sencillamente insistamos en hacer realidad aquellas creencias e ilusiones que todos llevamos dentro y que un día dirigieron nuestro destino. O simplemente,
Entrenamos y entrenamos, buscamos apasionadamente nuevas vías de planificación y fórmulas para perfeccionar e impulsar la preparación de los atletas, nos empapamos de información técnica y noticias sobre nuestro deporte y no paramos de visionar vídeos de los mejores campeones mundiales como si con ello lo tuviéramos todo resuelto y al final descuidamos nuestro mayor potencial y nuestra razón de ser, LOS NADADOR@S.
Agustín Artiles Grijalba -Champi-
Imágen
http://www.elmundo.es/elmundodeporte/2012/08/03/masdeporte/1344013990.html
Me parece muy bueno lo que decís y muy acertado, es muy común ver todo eso en mi querido país!
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