Agustín Artiles Grijalba -Champi-
A menudo los entrenadores de natación luchamos por sobrevivir en un clima laboral incierto, en el que apenas importa tu experiencia anterior, tus logros y lo mucho que valgas, que premia el acatamiento, el conformismo y por qué no decirlo, la ignorancia. Castiga sin pudor tus conocimientos, adquiridos con estudios, dedicación y experiencia y por si no fuera suficiente desprecio, a veces incluso se jacta de ello.
Resulta desolador comprobar cómo una y otra temporada técnicos con un historial exquisito de éxitos y servicios a la comunidad deportiva, con tanto prestigio y talento que dar y otros más jóvenes, con menos experiencia, pero resueltos, con aptitud e ilusión que aportar, tratan de subsistir al anonimato y al apresurado paso del tiempo.
Algunos emigran a otros países en busca de ese empleo, otros malviven en el mejor de los casos con un sueldo ridículo y grotesco a una profesión que tanto aman y que por inconcebibles razones les ha perdido el respeto, les arrincona sin apenas prejuicios al rincón de pensar y les invita a resistir con estoicismo inmenso una ínfima oportunidad de salir del olvido y poder hacer lo que más les gusta y por lo que tanto soñaron, entrenar, formar y educar nadadores.
¿De verdad nos lo podemos permitir?
Me pregunto como entrenador si hacemos lo suficiente por nosotros mismos, si somos conscientes que un día cualquiera nos puede pasar a nosotros/as y recibir en el momento más inesperado e injusto una invitación a las filas del paro.
¿Somos realmente conscientes de ello, o también de alguna manera nos hemos instalado en el conformismo?
Sé que estas reflexiones pueden parecer para muchas ridículas, lógicas y comprensibles por la situación que vive el país y similares a los de otros profesionales de cualquier actividad laboral, que se tienen que buscar a diario las lentejas para poder llegar a fin de mes y por tanto carentes de fundamento.
Es posible también que nuestra forma de ser y prioridades estimen que es más importante para el buen funcionamiento del país encontrar rápidamente el bombo de un conocido hincha de fútbol, retransmitir la noticia de inmediato por todos los canales de televisión, periódicos y redes sociales, que resolver por difíciles que pudieran parecer, algunos de los problemas cotidianos que acucian a los ciudadanos. Quizá hay también radique parte del problema
Lo reconozco, mi forma de ser soñadora e idealista me pierde, pero prefiero pensar que somos más que un colectivo, que además de potenciar nuestros conocimientos técnicos con artículos, congresos y ponentes internacionales de reconocida valía, que sin duda soy el primero en compartir y valorar, los que más nos preocupa por encima de todo es el bienestar profesional y laboral de los nuestros.
Los técnicos españoles queremos aprender, ser mejores y más eficientes, deseamos conocer los métodos de trabajo de los mejores nadadores y técnicos del mundo, pero no nos engañemos, nuestra prioridad absoluta como la de cualquier persona es TRABAJAR y así ser capaces de llevar nuestros proyectos adelante, de manera individual, o conseguir junto a nuestra pareja sacar a la familia adelante y si se puede además, poder aprovechar y aplicar esos nuevos conocimientos alcanzados.
Los técnicos españoles tienen talento y algo que otros no conocen, corazón y embrujo.
Yo lo he visto, me lo enseñan a diario
Imágen
http://www.teamunify.com/SwimtodayLandingTu.do?act=new&team=osaac
Todos necesitamos de mantener una vida plena y cuando tenemos familia, queremos que nuestra familia tenga todo lo necesario para la vida plena. Es curioso que las personas que invierten en centros deportivos solo vean numeros y no la formacion de personas para una vida FELIZ.
Increibles tus articulos
Buena Vibra
Saludos desde MEXICO
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Gracias
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