Agustín Artiles Grijalba -Champi-
El 200 es la carrera más difícil porque mezcla resistencia y velocidad. Es mi pasión, mi competición, mi ser. La mía con la natación es una gran historia de amor, siempre la he vivido más con el corazón que con la cabeza”
-Federica Pellegrini-
Me duele decirlo, pero en nuestro deporte hay mucha envidia y resentimiento, demasiado talento y profesionalidad desperdiciada, mucho objeto de deseo y poco aprecio por lo nuestro. Buscamos lo que a menudo tuvimos y no supimos conquistar y valorar en los momentos que más lo necesitaron
A veces se trata simplemente de desconocimiento, en otras ocasiones por falta de interés y en determinadas circunstancias por ausencia de atrevimiento. Quizá se trate tan solo de arriesgarse, de tomar algunas decisiones valientes y de apostar por atletas altamente cualificados, que con el apoyo necesario posiblemente lograrían excelentes resultados en competiciones de máximo nivel y todos nos aprovecharíamos de ello.
Tal vez sea cuestión de todos, de conformismo de los nadadores, que piensan que a cierta edad lo mejor es retirarse y dejar paso a nuevas generaciones, de los entrenadores que a veces vemos en los jóvenes promesas una oportunidad ideal para aprovechar la juventud y osadía que les caracteriza y que nos permitirán lograr nuestros propósitos deportivos con aparentemente mayor fiabilidad, sin darnos cuenta que muchos de ellos carecen de la fortaleza mental, experiencia y el deseo que les caracteriza a sus antecesores.
Es también un asunto de prioridades, de estabilidad emocional, laboral y económica, de inversión y de confianza, pero sobre todo de reconocimiento social, respeto y cultura deportiva y sirva como ejemplo la constante necesidad que tienen en ocasiones los medios informativos y la opinión pública de dar por muertos y retirar antes de tiempo a deportistas consagrados, cuando en ciertos instantes de su trayectoria deportiva nos obtienen los méritos que se les presupone.
Sirva como ejemplo la victoria de Federica Pellegrini en la prueba de 200 libre del Mundial de Budapest 2017, por delante de la gran favorita, Katie Ledecky, que llegó en segunda posición, con el mismo tiempo que la australiana Mckeon. Una victoria, a punto de cumplir los 29 años de edad y para muchos contra todo pronóstico, que confirman mi teoría, de que a menudo nos equivocamos y discriminamos por su edad de nacimiento a ciertos nadadores, que poseen las cualidades óptimas para rendir al máximo nivel a pesar de su fecha de nacimiento.
La edad no debería estar siempre reñida con el talento. No necesariamente la edad de un nadador es siempre lo más importante, también interesa la fuerza de sus pensamientos y la intensidad de los retos.
Creo firmemente en ellos, en aquellos nadadores veteranos dotados de un alma especial, poseedores de unas condiciones únicas para la práctica de nuestro deporte y provistos de una habilidad insultante para lograr lo que a priori resulta imposible, que por increíbles razones damos de lado, cuando aún le queda mucho talento guardado.