Agustín Artiles Grijalba -Champi-
Qué te importan los rivales si eres el más grande. Por qué tenerlos en cuenta si al final serás el único vencedor. Quizá esa prepotencia se trate de orgullo mal entendido, una necesidad de mayor autocrítica, o incluso una debilidad encubierta.
Nadie va a cambiar como eres, pero sí sería bastante recomendable que estudiaras tu actitud, que recapacitaras y le dieses una oportunidad de brillar a tu ego y que de alguna manera pareciera más humilde, aunque tan solo fuese por alguna de las siguientes razones, todas ellas de tu máximo interés
- Nunca motives con declaraciones altivas y fuera de lugar a tus contrincantes y evita jactarte de tu superioridad. Recuerda que en un instante todo puede cambiar a tu alrededor, tu estrella de campeón desaparece y te conviertes en tu rival más poderoso.
- No eres consciente ni te imaginas de lo que es capaz un corazón herido y tu bravuconería se puede convertir de repente en tu peor pesadilla, hacer más fuertes a tus adversarios y convertirles en tus rivales más encarnizados.
- Seguramente tu forma de ser y las enormes aptitudes competitivas que te caracterizan te inciten a ello, pero no confundas autoestima con impertinencia, ambición con soberbia, superioridad con desprecio.
- Tal vez, con una actitud más humilde ganarás en credibilidad, no presionarás tu rendimiento con cargas innecesarias y obtendrás al menos el respeto y consideración de tus adversarios, que admiran tus cualidades de nadador, pero odian tu egocentrismo.
- Pensar que vas a ganar fácilmente, es una forma ideal para no lograrlo. Si por lograr una victoria destacada piensas que ya eres famoso, podrás encontrarte más cerca de la derrota. Acepta mi propuesta, dale una oportunidad a la modestia y trata de comprender tus propias limitaciones, que no por ello significan debilidad, humillación ni acatamiento.
- La popularidad es caprichosa y muchas veces efímera, igual que llega se esfuma. Puedes subir rápido y bajar más deprisa, por lo que me parece lo más adecuado compartirla y actuar como si no fuera solo tuya.
- Si desprecias a tus rivales, te jactas de lo buen nadador que eres y actúas siempre con prepotencia, no solo lograrás el odio de tus rivales y compañeros, sino que cuando caigas, allí te estarán esperando. Mientras que si eres más generoso y respetuoso, estarás siempre más protegido
- En mi opinión la altivez y la soberbia, generan malestar y problemas en tu entorno deportivo, origina rivalidades y enfrentamientos que perjudican el bienestar y buen funcionamiento del grupo y añade además una dificultad extra para adaptarse a los objetivos
“No es mejor nadador el que más presume con sus palabras, sino el que más seduce con sus brazadas”
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