Agustín Artiles Grijalba – Champi-
Imaginemos por un momento una natación sin nadadores…NADA
Estoy convencido que si nos parásemos a pensar y valorar como merece la dedicación y sacrificio de nuestros nadadores, nos pusiésemos de verdad en su piel y tuviéramos en cuenta las horas de trabajo que necesitan a diario para llevar a cabo sus objetivos durante años, por el simple motivo de ser mejores, superar sus registros, o simplemente alcanzar las metas con las que tanto soñaron, no solo nos daríamos cuenta del gran valor que tiene su esfuerzo, sino que seríamos realmente conscientes de que ellos son los verdaderos PROTAGONISTAS de la natación.
¡Sin ellos no somos nada!
Con ello, lo único que pretendo es invitaros a reflexionar si esto siempre es así. Si de verdad contamos en nuestras decisiones con ellos, o simplemente les tratamos en determinadas ocasiones como invitados de piedra. Creo e insisto, ellos son las verdaderas estrellas de la película y de que nuestra natación progrese.
Lo creo así, por las siguientes razones:
- Se levantan a las 5 de la madrugada para hacer doble sesión y entrenar sus fantasías deportivas.
- Son capaces de compaginar deporte y estudios para poder llevar a cabo sus metas y tareas.
- Entrenan varias horas al día, con el sólido apoyo de su felicidad y compromiso.
- En ocasiones, tienen que soportar comentarios despectivos porque supuestamente no alcanzan los objetivos deportivos que se espera de ellos, sin tener en cuenta que la mayoría de ellos carecen del apoyo y la empatía necesarios para realizar con éxito la actividad.
«Gran actuación de los nadadores españoles en la olimpiada, ninguno se ha ahogado»
- Algunos de ellos que no pueden costearse el viaje a campeonatos nacionales. Renuncian a lo que más les motiva por carecer de recursos económicos y a pesar de todo siguen trabajando, e increíblemente mantienen la esperanza de ver cumplidos sus objetivos deportivos.
- Cuando alcanzan la edad absoluta, en muchos casos no obtienen de nuestro entorno deportivo las ayudas necesarias para poder seguir haciendo lo que más les gusta al máximo nivel. Se topan con la realidad y disyuntiva de continuar sin apenas recursos, emigrar a otros países y culturas deportivas más avanzadas en dónde hacer posibles sus retos.
- Por lo general, se trata de nadadores trabajadores y entusiastas que en muchos casos entrenan con poco espacio y demasiados atletas por calle, apretados como sardinas en lata.
- Disciplinados, siempre que se les permita y por supuesto auténticos. Aman la natación, cada vez entrenan mejor y esperan ser valorados y reconocidos como su esfuerzo merece.
- Apuestan por un Equipo Nacional poderoso y brillante, por una natación de clubes potente y unida. En definitiva, que todos tengan la oportunidad de aportar su granito de arena y se aprecien sus opiniones.
- Jóvenes con excesiva carga escolar y escaso tiempo para la diversión y el descanso, que a pesar de todo son capaces de sacar con éxito en la mayoría de los casos ambos retos adelante.
- Deportistas, en ocasiones mal aconsejados, a los que presionamos e inculcamos falsas esperanzas con suma facilidad, responsabilizamos de nuestros propios errores, elevamos a las nubes cuando vencen y arrinconamos con suma facilidad cuando pierden.
Deportistas, a los que a menudo ponemos un “pero”, o encontramos una razón para desprestigiar sus éxitos, por no hablar de nuestros comentarios cuando los resultados no acompañan. A los que cuestionamos a menudo sus triunfos, con acusaciones sin fundamento por envidia y celos deportivos