Agustín Artiles Grijalba -Champi-
A mi equipo Nacional en Gwangju, con todo mi aprecio
Puede que un día cualquiera, en un instante determinado y durante años seas el mejor, que todos te alaben como si de un Dios se tratase y tal vez mañana y cuando menos lo esperes, las cosas vengan torcidas, tu buena estrella se apague y parezca que ya no sirves y estés acabado.
Es como si nuestra memoria hiciera aguas y no alcanzara a recordar aquellos instantes de magia que todos celebramos y no dudamos en atribuirnos como propios, cuando algunos de nuestros equipos, técnicos o deportistas vistieron sus ilusiones de fiesta y lograron proezas inimaginables que parecían estar muy lejos de los mejores proyectos.
Tenemos pocos campeones y los éxitos que alcanzan somos incapaces de protegerlos, disfrutarlos y al menor fallo, los desprestigiamos.
Observo con una mezcla de indignación y rabia como hay quien se jacta en las redes sociales, con satisfacción y desaire de la actuación de nuestros nadadores en el Mundial de Gwangju. No logro entender los motivos por los que esto sucede y el enojo que siento hacia quien emite este tipo de comentarios de cualquier deportista, es total.
Cualquier deportista que se machaca a diario en su lugar de entrenamiento merece respeto, memoria y licencia para fallar, todo nuestro reconocimiento y empatía
Nadadores con un palmarés deportivo destacado, bañado por aquellos valores que hacen grande al deporte y que encarnan a la perfección. Actitud, trabajo, compromiso y perseverancia en una época en la que la desconsideración y soberbia jamás podrán empañar el esfuerzo y la dedicación de nuestros atletas, por muy negativos que pudieran ser los resultados logrados.
Lo más curioso de todo es que estas reflexiones que expongo seguramente no tendrán el mismo valor al cabo de unas cuantas semanas o meses, cuando por diferentes circunstancias obtengan resultados que parezcan inalcanzables y pocos esperen. Entonces el decorado será otro, los deportistas y técnicos que estos días son poco menos que unos inútiles y están acabados, volverán de repente a ser ensalzados y los abucheos y palabras malsonantes viajarán de escenario y protagonistas.
Todo lo expuesto no es culpa o exclusividad de unos pocos y menos de alguien en particular. Es de todos. Tuya, mía y de una sociedad que castiga sin pudor cualquier fallo cuando vienen mal dadas, que no se reprime en ensalzar de manera desmedida los éxitos y las virtudes deportivas de unos técnicos y atletas, pero que no sabe ponerse a su lado cuando los resultados no están de su parte, se olvida de ellos, de su legado y les arrincona sin apenas prejuicios.
¡Cuánto nos cuesta alcanzar la cima y qué poco nos cuesta caer!
A Jéssica, Mireia, Marina, Jimena,. África, Lidón, Joan LLuis, Hugo y Juan F Segura y a todo el equipo técnico español en Gwangju, todo mi aprecio y consideración.
Gracias chicos, Tokio os espera
La presencia española en los mundiales de natación ha sido testimonial, una pena.
Me da envidia ver las actuaciones de paises como Italia o Hungría.
¿Por qué no podemos ser como ellos?
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