Agustín Artiles Grijalba -Champi-
Creo que en la actualidad nos equivocamos y les damos a los chicos las cosas en bandeja y demasiado hechas. Les decimos constantemente lo que tienen que hacer y cómo actuar, como si con ello fuésemos a ser mejores técnicos y padres. Estamos demasiado pendientes de ellos y un mal entendido bienestar personal
Les llevamos de la mano y no les dejamos fallar
Es como si nos diera miedo verles errar y pudieran venirse abajo. La impresión de que no son autosuficientes y son incapaces de lidiar con los problemas cotidianos que se les presente si nosotros no estamos al instante presentes. Parece que es más fácil, recomendable y seguro llevarles cogidos de la mano y no dejarles pensar por sí mismo, que verles madurar por el camino. No vaya a ser también que se pudieran cansar en exceso y sentirse presionados. Tropezar y por qué no decirlo, nos pudiesen dejar en evidencia ante profesionales y amigos.
Así, de esta manera tan protectora y sin darnos cuenta, lograremos el efecto contrario al deseado.
Estaremos formando y preparando chavales flojos de carácter, sin identidad propia, que se aprovecharán de nuestras dudas. Acomodados, egoístas y exigentes, en vez de altruistas, emprendedores e independientes.
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