Agustín Artiles Grijalba -Champi_
Erase una vez una época en la que todo parecía más difícil. Generalmente íbamos al club caminando y en bus, nos comunicábamos entre nosotros con la magia de la palabra y el poder de los gestos, un sincero apretón de manos, la cariñosa colleja de turno y una simple palmada en la espalda o el pecho.
¿Qué pasa tío? ¿Qué te cuentas?
¿ Qué tal hoy el entreno?
Lo sé, no hace falta que me lo digáis, éramos un poco carcas.
Nada comparado con el caluroso poder del emoji de un teléfono móvil.
Como os digo, por entonces no existían todavía las redes sociales, ni los mensajes de texto. Simplemente, nos mirábamos a la cara, nos decíamos lo que sentíamos y al instante sabíamos como se encontraba nuestro compañero de aventuras. Era lo que conocíamos y como vosotros, éramos felices y teníamos nuestras preocupaciones.
Ni peores ni mejores, tan solo distintas.
Los tiempos han cambiado, las opciones de ocio y deportivas son ahora más amplias que entonces. Las prioridades, diferentes y probablemente ese sentimiento de club que teníamos antaño no esté tan arraigado en la actualidad. Sin embargo hay una serie de virtudes de otras tantas, que en mi opinión deberían mantenerse intactos a través de los años y no se negocian. Valores en decadencia y que siempre deberíamos intentar inculcar a los deportistas
- Esfuerzo, participación y complicidad.
- Enseñanza, convivencia y camaradería.
- Empatía, solidaridad, tolerancia y respeto
- “Vida” trabajo en equipo y aprendizaje.
Imagenes en brillo y mate, recuerdos no tan lejanos bañados en nostalgia de tiempos pasados que saben a gloria, seguramente intrascendentes para vosotros y que no vienen a cuento, pero hoy acuden en mi busca y deseo compartir con vosotros.
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