Agustín Artiles Grijalba -Champi-
Si algo tiene de bueno no ser el favorito para vencer en unos Juegos olímpicos es que probablemente nadie estará pendiente de ti, que los mejores se concentrarán en los movimientos y estrategias de los rivales, a priori mas duros y que si estás realmente preparado y tu nivel de excelencia te lo permite, podrás dar la gran sorpresa y alzarte con la victoria final. Utilizar la maniobra adecuada permite a veces marcar la diferencia entre una medalla de oro o quedarte fuera o alejado del pódium.
Eso debió pensar Laurie Lawrence, entrenador del nadador australiano Duncan Armstrong, que en los Juegos olímpicos de Seúl 88, aprovechó la ocasión para derrotar en una prueba táctica a los tres mejores nadadores mundiales de la época y grandes favoritos al triunfo final de los 200 Libre, Matt Biondi, Michael Gross y Artur Wojdat y colgarse contra todo pronóstico la medalla de oro-.
Ir a rebufo y chupar rueda del rival, fue la consigna. Nadar en la estela de Matt Biondi, reducir de esa manera el coste energético de la prueba, debido a la menor presión del agua al ir por detrás del americano y reservar de esa forma la energía necesaria para acelerar en los metros finales y tocar la placa en primer lugar.
El técnico australiano trazó el plan y su nadador lo ejecutó a la perfección, logrando el título de campeón olímpico, la plusmarca mundial y un excelente registro de 1.47.25, ante la alegría incontrolable de su entrenador que lo celebró a lo grande en las gradas.
* imagen: http://www.sportinghasbeens.com/HallofFame.aspx