CARTA ABIERTA A MIS NADADORES

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Agustín Artiles Grijalba –Champi-

Cuando trabajas con nadadores  que cumplen a rajatabla todas las indicaciones que le propones, que se dejan el alma en cada sesión de entrenamiento, sin importarle el esfuerzo requerido para conseguir sus metas, entonces puedes estar satisfecho.

Si a ello, le añades que sus méritos deportivos  son consecuencia de un entusiasmo desmedido y un espíritu de sacrificio encomiable, tu alegría es mayor, si además son apasionados, respetuosos y  gozan del cariño y afecto de todos sus compañeros y rivales,

¿Qué más puedo pedir?

Por eso me gustan mis nadadores, porque se implican y comprometen con sus objetivos, tienen las ideas claras y saben que si quieren alcanzar el éxito deberán siempre esforzarse al máximo de sus posibilidades.

No importa si los retos son complicados o difíciles de superar, sé que siempre puedo contar con ellos, que confiarán en sus posibilidades y trabajarán duro para alcanzar sus metas. Su entusiasmo es ilimitado y por si fuera poco cuentan con el apoyo inestimable de su familia, que les proporciona tranquilidad y seguridad en sus actuaciones.

Irradian alegría por los cuatros costados y poseen la habilidad de contagiársela a sus colegas y adversarios., pero lo que más me gusta es que sean felices y que cuando las cosas vengan mal dadas, no se lamenten ni busquen excusas, aprendan de los errores, busquen soluciones y miren siempre con optimismo al futuro.

Por eso disfruto con ellos, porque no les importa solo lo bueno que sean, también les interesa las cualidades que atesoran en su interior, que les impulsa y les hace más auténticos. Son disciplinados y tremendamente fieles, me hacen vibrar con su comportamiento y no paran de regalarme emociones.

Así fueron siempre mis chicos y de esta manera me gustaría que fuesen el futuro.

A todos mis nadadores, a los que un día tuve la oportunidad de conocer y dirigir los entrenamientos, a nuestros rivales que supieron sacar lo mejor de nosotros mismos, me satisface haberos conocido, no importa lo lejos que estéis ni el tiempo que pase sin veros, allí donde os encontréis siempre os llegará mi aliento.

Muchas gracias por permitirme formar parte esencial de vuestras vidas, por dejarme disfrutar con vuestros éxitos y compartir malos momentos. Sois estupendos, necesito decíroslo públicamente y agradeceros lo mucho que os quiero.

Lo siento, os tengo que dejar, dentro de 30’ empieza el entrenamiento. Mis campeones me esperan.

¡Siempre en mi corazón!

 

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