Agustín Artiles Grijalba- Champi–
Tiene 11 años, no levanta un palmo del suelo y ya sabe cómo se ejercita un adulto. La programación que realiza es muy exigente, acude a la piscina 9-10 veces por semana y su volumen habitual de entrenamiento sobrepasa en ocasiones los 10 kilómetros diarios. Sin embargo su técnica es deficiente y poco eficaz, los virajes no los domina y por si fuera poco los estudios no marchan como él y sus padres esperaban.
Su entorno deportivo le sugiere que no se preocupe, que lleva tan solo un año nadando y que los errores irán desapareciendo con el paso del tiempo, que aproveche sus buenas condiciones físicas para triunfar y que ya tendrá la ocasión de recuperar las asignaturas pendientes.
A menudo no somos realmente conscientes de nuestra responsabilidad con los deportistas jóvenes y buscamos resultados fáciles y prematuros, que cubran nuestras necesidades y satisfagan nuestro ego. Instruimos, aconsejamos y pulimos las cualidades y aptitudes de nuestros nadadores y nadadoras de manera irracional, como si de atletas adultos se tratara, les inculcamos objetivos elevados e imposibles de superar y les exigimos esfuerzos inadecuados, irresponsables, e impropios de su juventud.
Trabajar con deportistas pequeños significa responsabilidad, paciencia y tranquilidad. Presupone diversión y armonía en la enseñanza, requiere la creación de una base técnica sólida en el aprendizaje de los cuatro estilos, salidas, virajes y llegadas, a través de ejercicios de habilidades técnicas y de juegos organizados dentro y fuera del agua. Implica perseverar, corregir y volver a insistir en aquellos detalles y aspectos inherentes a su edad y significa también educación, maduración y fomento del respeto hacia los adversarios y compañeros.
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http://triathlon.competitor.com/2012/12/training/ask-a-pro-why-does-swimming-make-me-so-sleepy_68669