Agustín Artiles Grijalba -Champi-
2 entrenadores de natación reciben una oferta similar de trabajo, entrenarán durante una temporada a un equipo de nadadores de clubes modestos, con similares características y en idénticas circunstancias. El grupo estará compuesto de 30 nadadores de edades y categorías diferentes, con distintos objetivos y necesidades y ejercerán su labor en condiciones precarias de preparación. Para llevar a cabo su programación dispondrán de 2 calles cada uno de 25 metros, en horario de 9 a 11 de la noche y no gozarán ni tan siquiera de un minúsculo gimnasio para efectuar el trabajo en seco.
Uno de ellos es un técnico veterano y competente, con muchos años de experiencia. Cuenta con un historial deportivo y de éxitos importantes, su reputación como entrenador es excelente y a pesar de su largo currículum de victorias, no tendrá inconveniente alguno en aceptar el reto.
El otro entrenador carece de experiencia alguna. Es su primera gran oportunidad profesional y desconoce que el éxito en estos casos depende en gran medida de tu profesionalidad y equilibrio. Sin duda una ocasión única para darse a conocer y demostrar su valía.
El más experto de ellos sabe que para triunfar en semejantes condiciones necesitará buscarse la vida y tratará constantemente de hallar fórmulas adecuadas para dotar a sus deportistas de la oportunidad y los medios más eficaces para lograr sus objetivos, a pesar de las circunstancias.
No lo hará solamente a nivel de conjunto sino que centrará también sus esperanzas y metas de manera individual en cada uno ellos, intentando ser lo más ecuánime posible en sus decisiones y experimentar con nuevos recursos para encontrar la armonía y paciencia necesaria para llevar a buen puerto sus planes
El técnico novato sin embargo no está tan dispuesto a pasar por el aro y esperar tanto tiempo. Ansía triunfar rápidamente, elude su responsabilidad y centra toda su atención en un par de chicos que despuntan por encima del resto. Les infunde falsas esperanzas y se desvía del objetivo para el que le contrataron.
A mitad de temporada coinciden en una competición y alardea de sus primeros triunfos: Sonríe, saca toda su artillería pesada y le dice sin contemplaciones al otro entrenador
¿Qué haces?
¿Por qué te preocupas tanto de los nadadores paquetes?
Dedícate solo a los buenos, tienes un montón de nadadores y no vas a poder sacar el jugo a cada uno de ellos. Estás perdiendo el tiempo y no vale la pena
El técnico veterano le mira fijamente, le señala a una nadadora que había ganado una medalla de plata recientemente, con la que nadie contaba y le contesta:
¡A ella sí le valió la pena!
Soy de los que pienso que un profesional que se precie debería actuar de manera similar al primero de ellos, ser consecuentes con nuestra misión y no obviar en que club nos encontramos, de lo contrario lo mejor es dejar paso a otro. Si no te gustan los medios de trabajo con los que cuentas solo hay 2 opciones, dejarlo o aceptar el desafío. Si optas por lo segundo adapta tus ilusiones a las circunstancias, fortalece tu actitud y al hacerlo estarás potenciando esos medios.
Me parece también que darle todo tu tiempo y energía a un nadador determinado, por muy bueno que sea, no es lo correcto e ideal en estos casos, pero a la vez como técnicos tenemos que tener la habilidad de no concedérselo a todos por igual. Habremos de hacerlo teniendo presente el cometido y objetivo que tenga cada uno de ellos, sin olvidar que lo principal es encontrar un equilibrio, ofreciendo a cada chico la atención y cortesía que le corresponde.
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