Agustín Artiles Grijalba –Champi-
A la hora de elegir el título de este texto me he decidido por escoger uno que en mi opinión exprese de manera clara y sencilla un sentimiento que ha estado latente en nuestro deporte y que ha provocado en numerosas ocasiones malestar, desacuerdos y enfrentamientos entre las partes interesadas y no es otro que el salto de un nadador del Club a un Centro de entrenamiento. Tema complejo que me gustaría abordar sin disimulo y ofrecer algunas de mis impresiones y que me encantaría fuesen de vuestro agrado.
Eres el entrenador de un club modesto y el nadador más aventajado que entrenas satisface con creces tus mayores ambiciones. Durante años has preparado, cuidado y pulido con esmero sus cualidades innatas y no has dudado en ningún momento de tu capacidad para cubrir al más alto nivel sus ambiciones deportivas.
Pasáis tantas horas juntos en la piscina y en el gimnasio que nada es lo mismo cuando estáis separados. No solo lideras sus metas, te has convertido por méritos propios en su mejor referente, en su confidente y amigo, en el ejemplo a seguir y en el profesional implacable que guía con astucia y conocimientos sus ilusiones deportivas.
Sabe con certeza que siempre estarás ahí para lo que necesite, que difícilmente le fallarás y que cualquier pequeño percance o detalle que pueda alterar su preparación, por insignificante que pudiera parecer, será atendida al instante con dedicación infinita.
¡Eres su héroe!
El tiempo transcurre con velocidad vertiginosa y como es natural el nadador se va haciendo mayor y más exigente, su programación se vuelve más compleja y rigurosa y necesita palpar y potenciar nuevas emociones, sentirse aún más importante si cabe y ejercitarse junto a los mejores en un Centro Nacional o Autonómico de entrenamiento.
A menudo, cuando esto sucede la relación entrenador de club y nadador se torna difícil y necesariamente no tiene porqué ser es culpa de nadie en concreto, pero sí responsabilidad de todas las partes lograr que la nueva situación deportiva agrade y beneficie a todos en mayor medida
Al nadador, porque ansía lograr los mayores beneficios deportivos posibles y considera que entrenando junto a los mejores alcanzará sus propósitos y espera además seguir contando con la complicidad de su técnico, que de repente siente que su rol pasa a ocupar un segundo plano y se convierte en determinados casos en un actor secundario, sin aparente consideración y beneficio alguno
Sí, el entrenador de toda tu vida, el mismo que durante años ha sido el máximo responsable de tu futuro deportivo, la persona que con su dedicación te ha guiado hacia la victoria y animado en los instantes difíciles espera en este preciso momento que al menos su labor profesional y empeño tengan cumplida recompensa.
He vivido en primera persona las alegrías y sinsabores de muchos deportistas, he compartido los sentimientos, dudas y temores que nos afectan a los técnicos en similares situaciones y por mi experiencia de entrenador en ambos lugares me siento por ello calificado para compartir con vosotros las siguientes reflexiones personales, con las que no necesariamente podéis estar de acuerdo, pero que en mi opinión deberían al menos tenerse en cuenta, para entender cómo piensan y para lograr que la relación sea más cordial y fluida, en beneficio de todas las partes interesadas y especialmente del nadador.
- Cuando se produce el cambio, los técnicos de los clubes tienen la sensación de pasar inadvertidos y de ser convidados de piedra. Tienen claro que el nadador es el dueño de su destino, que no es propiedad de nadie, pero no por ello dejan de tener la impresión de sentirse apartados, que sus opiniones y las de la entidad no obtienen la consideración que les parece apropiada. Expresan entonces su malestar y no dudan en criticar abiertamente y en ocasiones sin razón la labor de los compañeros profesionales de los Centros, convirtiéndose de esa manera en sus enemigos más fieros.
“Este no tiene ni idea, conmigo hacía mejores marcas”.
- Les encantaría eliminar ese temor a que los nadador@s que reciben beca se les vaya de las manos y cambien de equipo con demasiada frecuencia, recelo que a su parecer daña el vínculo con el club de procedencia y provoca malestar y desconfianza en el preparador del club.
¿ Qué motivación hay para que entrenen en un Centro, si van a cambiar de club?
- Sería bueno comprender que no son diferentes a otros profesionales. Aceptan, comprenden y apoyan las motivaciones del deportista y en la mayoría de los casos le animan a emprender una nueva aventura que desean en la mayoría de los casos cubra sus expectativas.
- A pesar de todo lo expuesto creen necesaria la labor de los Centros, confían en el trabajo de los profesionales encargados, que soportan también la presión añadida de continuar y potenciar el rendimiento de unos nadadores que pusieron en ellos todas sus esperanzas, pero les gustaría además que empaticen con ellos, que reconozcan, valoren y tengan en cuenta el trabajo anterior y cuando uno de esos nadador@s brillantes toma la decisión, no tengan la impresión de caer en el olvido.
- Les parece necesario y vital una mayor coordinación y complicidad entre todos los estamentos. Sería estupendo participar, conocer y ser protagonistas del seguimiento, orientación, preparación y evaluación del deportista. Estar al corriente de su planificación, de su bienestar y sinsabores y apoyar sin fisuras el correcto desarrollo del programa de trabajo de los nuevos técnicos.
- Consideran imprescindible obtener beneficios profesionales por colaborar y aportar nadadores a los Centros, hacerles comprender que su labor es fundamental y merecedora del mayor de los elogios y que su contribución y trabajo les acreditan de inmediato para tener al menos un lugar asegurado en futuras concentraciones y eventos internacionales con el equipo nacional y en su caso con el combinado autonómico.
- Es posible que en ocasiones todos los nadadores no logren los resultados que de ellos se esperaban en su paso por los Centros y cuando esto sucede sería muy conveniente y de agradecer por el nadador sentirse arropado y saber que sus actuaciones todavía generan expectativas.
- No es necesario dejar de nadar, puede regresar a su club de procedencia, o al que simplemente le genere más confianza y a pesar de ello, ser capaz de seguir logrando grandes resultados donde quiera que entrene.
En mi opinión se trata tan solo de sentido común, de poner todas las partes el interés y los medios a nuestro alcance para que este paso sea lo más natural y sencillo posible, por el bien de todos.
- Para el nadador, porque desea obtener los mayores réditos deportivos de tan arriesgada apuesta y porque en contra de lo que pueda parecer, le cuesta más de lo cuenta desprenderse del apoyo técnicos del preparador de toda su vida y que su presumible “deslealtad” fuera como tal entendida.
- Para el entrenador de club, que espera que su figura y su aportación no se pierdan en el anonimato y quiere sentir que su trabajo sirve para algo, que la dedicación durante años tiene justa y merecida respuesta, que las metas van encaminadas a mejorar las prestaciones de los nadadores, a potenciar también el historial deportivo de los técnicos y los del combinado nacional o autonómico y que contarán con sus conocimientos siempre que así lo precisen.
- Por último para el preparador del Centro, que empatiza con sus compañeros de club, que es consciente de la dificultad y el esfuerzo que nadador y entrenador tuvieron que realizar para que se produjera este momento, que aspira y desea que el nuevo desafío sea un éxito rotundo y que anhela que su labor obtenga el apoyo, la confianza y la tranquilidad necesaria de todas las partes para cumplir las expectativas
Imágen
http://images.teinteresa.es/deportes/Entrenamientos-natacion-juegos-olimpicos_TINIMA20120726_0266