Agustín Artiles Grijalba -Champi-
Si con tan solo 11-12 años los nadadores entrenan como si tuvieran 20, si su técnica es deficiente y poco eficaz, los estudios no marchan como debieran y tampoco encuentran incentivos que ilusionen y motiven sus actuaciones, no debería extrañarnos que cuando lleguen a la categoría absoluta (si es que lo hacen) se sientan desamparados, hastiados y busquen una oportunidad lejos de nuestras fronteras, e incluso en determinados casos dejen la actividad.
Aceptar nuestra responsabilidad con los nadadores jóvenes, huir de los resultados rápidos y prematuros, por el simple hecho de justificar tus necesidades y satisfacer nuestro ego, instruir y pulir las cualidades y aptitudes de los jóvenes a nuestro cargo de manera racional, teniendo en cuenta que se tratan de deportistas pequeños en continua formación y que las mejoras en el entrenamiento han de ser naturales y principalmente debidas al crecimiento, son premisas que han de guiar siempre nuestro camino.
Al fin y al cabo el rendimiento lo mide un cronómetro, un reloj frío y resbaladizo, que no entiende de sentimientos y que se mueve gracias al impulso que el corazón transmita a sus brazadas. Cuando son más jóvenes es más atento y agradecido, pero a medida que pasa el tiempo, se vuelve más insensible y escurridizo
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