Agustín Artiles Grijalba -Champi-
PARTE 1
A veces me pregunto si realmente vale la pena que se nos hinchen las venas cuando alguno de nuestros hijos nos entrega el boletín de notas todo compungido y contemplamos horrorizados que solo ha aprobado recreo y un par de asignaturas.
¿Merece la pena castigarle y privarle de lo que más le gusta, renunciar a disfrutar de nuestras merecidas vacaciones con el resto de la familia. Dejarle castigado sin salir todo el verano esperando que de esa manera apruebe en septiembre, cuando la realidad indica en la mayoría de los casos los perjudicados somos nosotros, creando incluso una sensación de culpabilidad en el chico?
Seguro que no soy ni de lejos la persona más indicada para solucionar un problema latente de siempre, pero sí creo que por experiencia puedo exponer una serie de ideas básicas, que tal vez nos ayuden a paliar en cierta medida el problema.
Ese es sin duda el objetivo de este texto.
En mi opinión sería importante tener en cuenta las causas por las que sucede y así poder obrar en consecuencia, buscar soluciones y establecer remedios
CAUSAS
- Tener presente la edad del deportista en cuestión y valorar por qué sucede
- Si se trata simplemente de un hecho puntual, o se mantiene en el tiempo.
- Si pasa mucho tiempo con los videojuegos o inmerso en las redes sociales.
- Si deja los estudios para el último momento, o sencillamente el chico/a se esfuerza, pero no da más de sí.
- Si carece de motivación e interés, o está acostumbrado a lograr las cosas sin esfuerzo
- Si está preocupado, afligido por cualquier disgusto emocional o contratiempo familiar que altere su concentración y estado emocional, que influya en su concentración y rendimiento escolar.
Todos ellos es necesario para poder obrar en consecuencia
ESTRATEGIAS DE INTERVENCIÓN
- La primera norma es evitar gritar, alzar la voz e hinchar la situación, ya que alterarse no sirve de nada y solo conlleva consecuencias negativas de las que luego nos podemos arrepentir.
- Lo mejor, aunque difícil en ese instante, es tomarse un tiempo para enfriar las ideas. No dejarnos llevar por nuestros impulsos y al cabo del rato (1-2 horas después) retomar la situación y obrar con una actitud más serena y no por ello dejar de mantenernos firmes y con una postura positiva y sugerente,
- Suspender debe tener efectos y decisiones, medidas que sería conveniente tenerlas previstas, establecidas y conocidas por los chicos con la suficiente antelación, simplemente para que sepan a lo que se exponen y encaminadas a paliar el problema, con el objetivo de evitar que vuelva a ocurrir en la siguiente evaluación y en el peor de los casos, a final de curso.
- Personalmente me inclino por definir y distribuir derechos o concesiones y por penas ajustadas y equilibrados, porque en mi opinión producen resultados más positivos y favorables, reparan y consolidan vínculos afectivos y anímicos y de paso potencian conductas afirmativas para la obtención del propósito final
- Creo que los chicos/as deben responsabilizarse de los suspensos y comprender que si han cateado es por qué no ha estudiado lo suficiente y no porque su profesor o profesora le tienen una supuesta manía.
- Generalmente las malas notas se ven venir. La mayoría de padres y madres saben lo que estudian y se esfuerzan sus hijos y también si de alguna manera han tomado medidas de prevención para que esto no se produzca.
- Personalmente no creo en los malos modos, en las intimidaciones y coacciones, que pueden provocar temor, angustia y por supuesto desobediencia
- Prefiero la cordura a la amenaza, la comunicación a la indiferencia. Apuesto por el refuerzo al desamparo, por la autoestima ante la antipatía, y desecho el miedo por enmienda en favor del afecto y la paciencia.
Imágen
https://www.mindomo.com/es/mindmap/videojuegos-fffc3e450f9e467295af13e11b0d7248
Bibliografía
Bargueño. Miguel Ángel. El País 1/07/2015. «Si su hijo ha suspendido cinco, castíguele, pero no como usted cree.