Agustín Artiles Grijalba -Champi-
Me acuerdo perfectamente y han pasado 37 años. Éramos novios y no se me ocurrió otra cosa que llevar a mi mujer a su primera competición y lo hice a lo grande. Liga de promesas en una conocida piscina de Madrid, con un sinfín de pruebas, entre las que destacaban 20 series de 400 y sucedió lo inevitable, no solo se aburrió enormemente, sino que tuvo que hacer esfuerzos sobrehumanos para no quedarse dormida en las gradas.
Cuando terminó la competición me preguntó
¿A esto te dedicas? ¿Y te gusta?
No solo me gusta, me encanta, le dije. Debió pensar que era un poco rarito, por la cara que puso, pero desde aquel día tuve la certeza de que lo nuestro iría para largo. Si no me dejó en aquel instante, muy torpe debería ser para que lo hiciera más adelante.
Sirva esta anécdota para señalar que las cosas han cambiado muy poco desde entonces y seguimos fallando en algunos aspectos, vitales para nuestro deporte, que por su importancia, no logro comprender siempre por qué se producen, algunos de ellos tan evidentes como los siguientes:
- Duración de las competiciones.
Demasiadas horas metidas en la piscina es aburrido, agota a los nadadores e incita a buscar otro deporte
- Falta de ingenio y espectáculo en la organización de eventos
Hemos sido y somos incapaces de incluir espectáculo en nuestras competiciones, incluso evitamos y renegamos algunas de ellas, que tienen el valor añadido de la clasificación por escuadras, en donde los objetivos por clubes son los protagonistas.
- Calentamientos masificados
Abarrotados de nadadores, que intentan sortear a sus compañeros con el simple objetivo de no golpearse y resultar dañados
- Piscinas con poco aforo
Repletas de aficionados, que se las ven y se las desean para disfrutar del campeonato en condiciones óptimas y que casi siempre han de compartir con los nadadores, lo que provoca en ocasiones, malestar, disputas y conflictos
- Instalaciones con una sola piscina, que impiden a los nadadores recuperar entre carreras
Situación que impide a los participantes nadar suave y recuperar después de competir y a los que nadan muy tarde, llegar a la prueba habiendo calentado varias horas antes
- El ambiente agobiante de algunas instalaciones
El calor y la humedad se hacen insoportables, el cansancio y el agobio hacen mella en los aficionados y deportistas, lo que en ciertos casos mengua y perjudica su rendimiento
- Tiempo insuficiente de recuperación entre sesiones.
Jornadas de competición con apenas tiempo suficiente para comer y descansar, lo que origina desasosiego y enfado en los deportistas y molestias, incluso económicas en los familiares que tienen que variar sobre la marcha los planes previstos para almorzar, que no logran entender por qué sucede, les provoca dudas de si están en el deporte adecuado y les hace preguntarse incluso si esas son las mejores condiciones para competir y mejorar las marcas
Si todos los condicionantes expuestos no significan motivos suficientes para trabajar juntos en buscar soluciones, estaremos siempre en desventaja con otros deportes, sobre el papel más entretenidos y espectaculares y si eso fuese así,
La natación perderá y si la natación pierde, perdemos todos
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