Agustín Artiles Grijalba -Champi-
Nadie puede predecir el futuro y mucho menos parar el reloj del tiempo, pero sí hay deportistas capaces de ralentizarlo, que saben lo que quieren, brillan en los estudios, y hacen frente al destino con la virtud del tesón, la valía de su aprendizaje y la intensidad de sus retos. Sin embargo, también están aquellos que les encanta entrenar y competir, pero olvidan que hay que estudiar, que un día se acabará su pasión deportiva y si no se aplican y espabilan se darán de bruces con una realidad laboral complicada
Para ellos va esta pequeña historia, que pudiera parecer regañina y un objetivo cabal, la moraleja final
Aunque detestaba madrugar, nunca fue excusa para levantarse a entrenar temprano. Mientras compitió ganó muchas medallas y por su talento fue aclamado. Todos querían salir con él en la foto y le encantaba que le vendieran la moto. Cuando tocaba formarse miraba hacia otro lado y se hacía el despistado. Apenas tocaba un libro, por aprender se quejaba y los “malditos” deberes para el final los dejaba.
Un día su pasión se terminó, no sonó el despertador y durmiendo se quedó. Madrugar que tanto odiaba, entonces sí que molaba. Ya nadie le buscaría para hacerse una foto, ni el político de turno, ni el vendedor de la moto.
Bienvenido a la vida real, ya no habrá marcha atrás y anclado en el pasado podrás quedar, pesaroso y confundido, con el recuerdo de tus medallas y un preocupante e incierto destino.
“Puedes ser un gran deportista, lograr muchos triunfos y medallas, pero si no estudias lo necesario llegará un día que te encuentres vacío, quieras dar marcha atrás, será demasiado tarde y en el mejor de los casos todo será más complicado”
Ahora más que nunca,
¡Estudia mucho, entrena duro, invierte en tu futuro y tendrás el mejor seguro!
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