MONTSERRAT TRESSERRAS I DOU, CON “M” DE MUJER

Agustín Artiles Grijalba -Champi-

Yo entrenaba en una piscina de 12 metros. En el borde tenía una montaña de piedras, que me servían para controlar los kilómetros que hacía. Cada varios largos cogía una de ellas y la posaba en otro montón y de esa manera llevaba la cuenta. Así, hasta que terminaba mi sesión de 20.000 metros.

«Montserrat Tresserras»

 

Seguramente muchos no hayáis ni tan siquiera oído hablar de ella, pero  Montserrat Tresserras i Dou se convirtió por méritos propios en 1957 en la primera nadadora española en cruzar el estrecho de Gibraltar y por si no fuera suficiente proeza, también fue la primera mujer en el mundo en atravesar el canal de la Mancha en ambos sentidos, de Inglatera a Francia y de Francia a Inglaterra (1961), hazaña adornada con otros muchos logros, que le condujeron al International Marathon Swimming Hall of Fame en 1970

Ella fue nuestra primera gran campeona, una pionera. La primera en abrir el camino a otras tantas que vendrían después, deportistas como ella que rompieron moldes en épocas muy complicadas, en los que ser mujer no debió ser sencillo en muchos aspectos.

Tuve la fortuna de conocerla y charlar con ella en varias ocasiones y en un día tan señalado como hoy, Día internacional de la mujer, me gustaría homenajear y recordar su figura desde mi parcela de entrenador de natación y hacerlo extensible a todas y todos los que trabajamos con nuestro esfuerzo por una natación mejor, potente e igualitaria.

Montserrat se escribe con “M” de Mujer de motivación, mentalidad y moderación, pero también contiene la “E” de entusiasmo, excelencia y equilibrio, valores de otros muchos que caracterizaban a nuestra campeona y que le otorgaba un halo de capacidad y superación difícil de cuantificar.

Cualidades como las de otras grandes deportistas que por una u otra razón no adquieren el valor que se les presupone, que tienen que soportar  a veces que ciertos medios informativos, en particular los deportivos y una parte de la sociedad (cada vez menos) no lo tengan tan claro, e incomprensiblemente a menudo describan en sus crónicas los méritos que atesoran, con las letras “DESI”, de desinformación, desigualdad y desinterés.

Las mujeres deportistas, como Montserrat y cualquier otra mujer poseen circunstancias personales determinadas y muchas veces idénticas a las de cualquier otra persona, atleta o no. Generalmente huyen del victimismo, no esperan una diferenciación en el trato y menos aún mayores privilegios. Confían que sus logros,  adquiridos como los de sus compañeros con esfuerzo y sacrificio, vayan acompañados de un reconocimiento social y deportivo acorde a su valía.

Demandan algo tan básico como respeto, igualdad de posibilidades y también una equidad en el trato cuando obtienen un triunfo destacado y esperan con optimismo que sus éxitos y los valores que representan alcancen la misma consideración, cobertura y repercusión mediática que la de sus compañeros masculinos, que para eso estamos en el siglo XXI.

Lo mismo que  miles de mujeres que hoy saldrán a la calle

 

Imágen

https://www.elperiodico.com/es/deportes/20181127/fallece-montserrat-tresserras-pionera-de-la-natacion-espanola-7170770

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