Agustín Artiles Grijalba -Champi-
Humildad en las victorias, serenidad y grandeza en las derrotas. Elegancia, finura y relajación en la técnica del recobro de los brazos a velocidad de competición. Claridad y optimización de movimientos debajo del agua, acompañado por un halo de excelencia y consideración deportiva incomparable.
«Si tuviera que concretar con tan solo dos palabras un nadador que simbolice y defina semejante descripción lo tendría claro, Zar Popov»
Popov se escribe con “P” de precisión, perfección y pujanza, pero también de Perestroika, expresión que hacía referencia a una restructuración y serie de reformas que comenzaron a gestarse a mediados de los años 80 en Rusia para reactivar su economía y cuyo máximo exponente fue Mijaíl Gorbachov, tras su llegada al poder en 1985.
HOLA BARCELONA
El Zar se atribuyó el término como propio nada más vencer en las pruebas de 50 y 100 Libre de Barcelona 92, cuando se calificó a si mismo Hijo de la Perestroika, simbolizando de alguna manera que él era un campeón diferente, un deportista único que ya no competía por el emblema de un una bandera y el orgullo de una nación que utilizaba el deporte como un instrumento de publicidad dedicada a su propio beneficio.
Era algo más que el Anti Matt Biondi y no aquel nadador soviético que en su país prepararon para derrotar al mejor nadador de la década de los 80, misión que ejecutó a la perfección, acabando con la hegemonía del americano, no sin reconocer su influencia
“De Matt Biondi aprendí lo que debía hacer antes de competir, controlar las emociones, el aspecto psicológico y el comportamiento
Su perfil era distinto y más sugerente. No solo porque midiera dos metros de altura y tuviera una apariencia más abierta, estilizada y correcta que le apartaban del estereotipo siniestro y cerrado que tenían por entonces muchos de los atletas del este de Europa.
Implicaba apertura, un modelo a seguir. Un muchacho de tan solo 21 años de edad, que hizo el petate en 1993 y trasladó sus ilusiones a Camberra (Australia) junto a su entrenador Turetski, para enseñar al mundo algunos de los misterios de sus éxitos, que estaba dispuesto a compartirlos y por supuesto, sacar rédito económico de su valía, profesionalizando su carrera
El dinero mantiene motivada a la gente. Es mi caso al menos. Soy un profesional
El mundo de la natación descubrió entonces que el Zar entrenaba velocidad a diario y que curiosamente su preparación incluía un elevado volumen de metros de nado continuo y de umbral, algo impensable por entonces en un velocista y que incluso para comprobar la progresión en la capacidad aeróbica y establecer los ritmos de umbral utilizaba un test de 2000 metros cronometrado. Para evaluar el equilibrio entre el entrenamiento aeróbico y anaeróbico usaba un Test escalonado con control del lactato sanguíneo
3×100/30” AER1
3’ descanso y lactato
2×100/45” AER2
3’ descanso y lactato
1×100. MVO2
Para ello, registraba la Frecuencia de brazada y la frecuencia cardiaca y los datos de lactato y frecuencia cardiaca se representaban de forma gráfica en función de la velocidad.
Un campeón capaz de hacer 27 segundos en 50 metros batiendo piernas, que se ejercitaba en altitud 2-3 veces por temporada y que en el periodo específico realizaba poco entrenamiento de tolerancia al ácido láctico, a menudo menos de una serie por semana. Y que el trabajo de preparación física en seco se limitaba a 40 minutos de ejercicios calisténicos y de remo, en donde trabajar con pesas no era una opción ideal.
ATLANTA 96, SU DUELO CON GARY HALL
Eran sus segundos juegos olímpicos y allí dejó su impronta de calidad, logrando de nuevo vencer en sus pruebas fetiches, el 50 y 100 Libre, hazaña solo antes conseguida por Johnny Weissmüller, que hizo lo propio en 1924 y 1928, reeditando también las dos medallas de plata en los relevos de 4×100 libre y 4×100 estilos de Barcelona 92.
Para ello tuvo que derrotar en su propia casa al ídolo local. Gary Hall Jr, su gran rival, que contaba con la complicidad de los aficionados americanos y su propia arrogancia.
«Ganar a Gary Hall no fue fácil. Es muy difícil competir y no digamos ganar, a un americano en su casa. Pero le gané. Nuca fue mi rival, mi adversario era el cloro»
El 24 de agosto de 1996, poco después de los juegos de Atlanta un vendedor de sandías de Moscú le apuñaló en una riña y le dañó el estómago, los riñones y los pulmones. Salvó la vida tras una operación de tres horas, milagrosamente se recuperó para la natación y volvió a triunfar en los europeos de 1997 y en los Mundiales del 98, dejando con el tiempo una reflexión de cómo entendió aquel pasaje de su vida
«Tengo una idea sobre los problemas: a tiempos más difíciles, me entreno cada vez más duro»
SIDNEY 2000
Los Juegos Olímpicos de Sídney 2000, no salieron como él esperaba. En el horizonte de la competición el reto de lograr vencer en 3 olimpiadas consecutivas en 100 y 50 libre, objetivo que se frustró al quedar 2º y 6º respectivamente y descalificados en 4×100 estilos.
MUNDIAL 2003, SU IDILIO CON BARCELONA
Después de su decepción en Sidney 2000 regresó 3 años después al lugar donde empezó todo 11 años atrás, a la ciudad que le vio vencer por primera vez en unos Juegos olímpicos y donde se consagró como nadador, Barcelona.
Sin ostentación ni alardes se presentó en un Palau Sant Jordi abarrotado, ansioso de grandes gestas y con un historial deportivo impoluto, con aquellas virtudes de las que siempre hizo gala en las piscinas y en la vida, humildad, superación y excelencia, lejos de los focos de atención las grandes figuras del momento, Ian Thorpe y Peter Van de Hoogemband, que parecían muy superiores a él.
La historia fue bien diferente que en Sidney 2000. Un Popov motivado, con más de 30 años asaltó Sant Jordi, agigantó su leyenda y demostró que su idilio con Barcelona era real. No estaba para bromas, su carisma es muy grande y estaba allí para llevarse de nuevo las dos medallas de oro que 11 años atrás se colgó por primera vez en unas olimpiadas, dejando de paso una lección a sus rivales, al Zar jamás se le debe dar por derrotado.
«He experimentado derrotas decepcionantes, pero siempre encontré la motivación para comenzar de nuevo y seguir trabajando. Y al final, siempre fue incluso a un nivel superior»
Alexander Popov se retiró en Atenas 2004, con más pena que gloria, de manera impropia para un gran campeón. 22.58 segundos después de caer derrotado en las eliminatorias de la prueba de 50 Libre en donde no pudo pasar del puesto 18, lo que no empaña en modo alguno su enorme trayectoria.
«No es bueno que haya quedado eliminado tan pronto. Se habría merecido un puesto en la final»
-Peter Van de Hoogemband-
Popov dominó la velocidad mundial durante algo más de una década. Su influencia en la natación y en el deporte mundial fue extraordinaria, Ver como nadaba era gloria bendita y donde otros “golpeaban” el agua, él la abrazaba.
En una época en el que los nadadores australianos no creían en el trabajo de piernas, él junto a Turetski les demostraron lo equivocados que estaban y que si querían dar un salto de calidad debían centrarse en su preparación específica
En una entrevista concedida a “el país” en 2015, el periodista le insinuó que los entrenamientos actuales de los sprinters son más cortos que antaño y que los nadadores no hacen tantos kilómetros como entonces, a lo que respondió con otra cuestión.
¿No es más corta la vida de los nadadores ahora cuando están en el máximo nivel?
“Son como chispas que se apagan. Eso es lo que veo: que la vida de los sprinters se ha acortado. No pueden tolerar mantenerse arriba. No soportan sostener los buenos resultados. Suben y bajan
Popov en estado puro, palabra del Zar.
Referencias
- Álvarez R,https://elpais.com/deportes/2013/07/30/actualidad/1375207554_954740.html
- E.W. Maglischo, 2009. Natación, técnica, entrenamiento y competición. 527-529
- Diego Torres, 2015, El País. “Si volviera a nacer no nadaría”
- Segurola. https://elpais.com/diario/2003/07/25/deportes/1059084005_850215.html
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