Agustín Artiles Grijalba -Champi-
“Cuando la culpa es siempre de los demás y nadie te hace caso”
Los entrenadores nos encontramos a veces en la piscina con comportamientos que pueden afectar la unidad del grupo. Conductas, que como es lógico les correspondería lidiar a profesionales expertos que se dedican a ello, que son los que realmente están cualificados. La realidad es bien distinta y en la mayoría de las ocasiones somos nosotros los técnicos los que tenemos que afrontar el problema, siendo conscientes de lo limitado de nuestros conocimientos
Todos los conocemos, suben de marca en una competición y la culpa es del entrenador que no le hace caso. Si le descalifican en una prueba porque ejecutó mal uno de los virajes, siempre le sucede lo mismo y no tiene suerte. Si sus padres le dicen que no podrán ir a la competición porque quedaron con unos amigos que no ven hace tiempo, es que son unos egoístas y no le tienen en cuenta. Si el profesor le colma continuamente de elogios y en un momento determinado le llama la atención porque considera que no se ha esforzado lo suficiente, se mosquea y afirma que no se merece esa regañina, que siempre la paga con él, no le valora y solo le dice lo que hace mal.
Si te quejas constantemente sin motivo aparente, te lamentas de las marcas obtenidas y echas las culpas a los que te rodean y a tu mala suerte estás eludiendo tu responsabilidad y comportando como si fueses una víctima. Si reaccionas de esta manera, utilizas el chantaje emocional como arma arrojadiza con tal de alcanzar tus propósitos, juzgas y manipulas a tus compañeros por su dedicación y entusiasmo y actúas a la defensiva, no solo te humillas y subestimas. Con tu postura tóxica estás siendo parte de un problema y aumentarás la aparición de nuevos conflictos.
Seguramente con tus lamentos evitarás en principio las críticas, llamarás la atención de tus compañeros que acudirán rápido a consolarte, sin ser realmente conscientes de tus verdaderas intenciones.
CARACTERÍSTICAS PROPIAS DE UN DEPORTISTA VICTIMIsTA
- Manipulador y egocéntrico
- Acaparador e interesado
- Baja autoestima
- Suspicaz y pesimista
- Dramático e irresponsable
- Receloso e incrédulo
Esa conducta egocéntrica e interesada no deja de ser una estrategia, un chantaje emocional, una forma venenosa de ver y percibir la vida como injusta, e incluso una cultura de la queja, más generalizada en los tiempos actuales. Una conducta que demanda afecto, cuidado y apoyo, pero también lástima y atención de la gente, en el que los celos ciegan, atormentan y roban la felicidad a quien la padece
Cuando esto sucede lo ideal sería contar con los conocimientos y la ayuda de un experto de la piscología, para lidiar con el problema, lo que en la mayoría de las ocasiones en nuestro entorno deportivo no es posible.
Si no podemos disponer directamente de este apoyo profesional, a los entrenadores no nos queda otra que aceptar la realidad, mantener la calma, ser respetuosos y no prejuzgar de antemano. Escuchar y hablar con sinceridad con el deportista y decirle lo que pensamos de su actitud, lo que no significa entrar en su juego y transigir con sus imposiciones, pero siempre garantizando la estabilidad y el bienestar del grupo, que nunca debe resultar perturbado por comportamientos similares.
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Referencias