LESIÓN, LA PESADILLA DEL DEPORTISTA

Agustín Artiles Grijalba -Champi-

Hace un par de meses que logró dos marcas mínimas para su primer campeonato nacional infantil. Sus padres compraron rápidamente los billetes de avión para él, los otros tres miembros de la familia y reservaron las habitaciones de un hotel cercano a la piscina. Nuestro protagonista está impaciente de que llegue la fecha, quedan tan solo 13 días para el evento y ese fin de semana tiene que competir en el campeonato regional. Nadará cuatro pruebas individuales, más otras tres de relevos, claves para la clasificación final por equipos.

Comienza la competición, las dos primeras carreras y uno de los relevos fueron todo un éxito. Mejoró claramente sus mejores registros personales y por si no fuera suficiente mérito, logró junto a sus compañeros de club el primer puesto en el relevo 4×200 libre, batiendo de paso el record de la comunidad. Sin embargo, en la prueba de 50 libre un despiste le juega una mala pasada en la salida. Reacciona tarde y aunque nada con enorme determinación, llega en sexta posición, muy alejado de su gran objetivo, luchar por el primer puesto. Se gira, mira el marcador electrónico y se le viene el mundo encima.

Abatido y enfadado, pierde el control y pega un puñetazo al panel de llegada y ahí da comienzo una reacción en cadena. Se ha lesionado y ya no podrá competir más en el campeonato autonómico. De paso, su equipo se verá privado de uno de sus mejores nadadores y un buen puñado de valiosos puntos, vitales para la clasificación final por escuadras. Pero lo peor está aún por llegar, con toda seguridad no podrá participar en su primer nacional, con el considerable perjuicio económico para sus allegados que tenían los billetes comprados y una parte de la reserva de hotel, pagada. Su peor pesadilla ha comenzado

A veces el destino es caprichoso, la mala fortuna, o una nefasta decisión nos juegan una mala pasada. Cuando todo parece ir sobre ruedas y estamos a punto de lograr nuestros objetivos deportivos, una inoportuna  caída, un desafortunado movimiento, o cualquier otra eventualidad dan al traste con todas nuestras ilusiones deportivas. De repente, todo aquello por lo que habíamos trabajado se derrumba y da paso a la desesperación y la frustración, echando por tierra cualquier opción de competir, con la lógica tristeza e impotencia que genera.

Hablo principalmente de torceduras de tobillo, heridas, quemaduras, magulladuras, golpes, contusiones,  de carácter moderado, que impedirán al deportista poder entrenar durante varios días y semanas, pero también de otras más graves que les alejan de las piscinas durante mucho tiempo y precisan incluso una hospitalización, intervención quirúrgica o rehabilitación, pero con un denominador común, generan incertidumbre, frustración y desconfianza en el atleta y puede afectar a su estabilidad emocional y esperanzas

Se suelen producir por multitud de razones, algunas de las más comunes son las siguientes:

  • De manera fortuita
  • Por movimientos y acciones repetidas en el tiempo sin la técnica adecuada
  • Por no guardar las medidas apropiadas de seguridad
  • Por no calentar correctamente
  • La mala suerte
  • Por descuidos e imprudencia
  • No cumplir las normas
  • Falta de entereza
  • No ser capaz de controlar nuestras emociones

Sufrir una lesión es sin duda una situación frustrante que requiere de toda nuestra fuerza de voluntad y paciencia, pero por extraño que nos pudiera resultar también nos puede ofrecer en determinadas circunstancias la posibilidad de obtener determinados aspectos positivos.

He aquí algunos de ellos:

  • En algunos casos y especialmente con atletas decididos y resueltos podrían servir de  acicate para potenciar el rendimiento futuro y para regresar a la actividad con mayor ilusión autoestima y carácter.
  • Apoyo: Es una buena ocasión para comprobar y sentir el apoyo de los compañeros y rivales, que en la mayoría de los casos lo vivirán como propios y no dudarán en mostraros su respaldo
  • A veces nos permitirá también disponer más tiempo para la familia que al final serán los que más te ayuden especialmente en la recuperación emocional.
  • Comprensión restaurada de la actividad, renovar tu forma de pensar y actuar y valorar como merecen situaciones positivas que en otros momentos no fuimos capaces ni tan siquiera apreciar y tener en cuenta

En aquellas situaciones en las que la lesión se produjo por una imprudencia, puede servir de alguna manera como motivo de prevención para evitar que vuelva a ocurrir, o tal vez te ayude a entender la necesidad de mejorar como debes tu condición física, evitar dejar nada al azar, eludir riesgos innecesarios y fortalecer tu preparación para reducir al mínimo el riesgo de sufrir incidentes y conocer tus límites físicos

Imágen

https://www.couriermail.com.au/sport/injured-swimmer-christian-sprenger-facing-axe-from-commonwealth-games-medley-relay/news-story/a5a2772cebb97a06288b67afa19d93b8

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