Agustín Artiles Grijalba -Champi-
Tengo 15 años y dicen los que me conocen que valgo. Comencé a nadar con 8 en el club de mi barrio, ya he participado en varios campeonatos nacionales y me han seleccionado para algunas concentraciones de mi comunidad autónoma. Mi entrenador siempre me dice que puedo nadar mucho más rápido, pero que yo soy «mi peor enemigo«. Sé a lo que se refiere y no le falta razón, porque me deprimo y me vengo abajo muy fácilmente cuando cometo algún error.
Cuando esto sucede me enfado mucho conmigo mismo. Sé que soy mucho mejor que todo eso, pero por más que lo intento y me esfuerzo, no logro controlarme y dejar de pensar todo el rato en las mismas tonterías. Me encantaría ser internacional, representar al equipo nacional en competiciones importantes y el Míster me anima mucho con mi objetivos. Asegura que podría alcanzar mis sueños, pero para ello tendría que centrarme más y aprender técnicas que me ayuden a relajarme, adquirir confianza, superar mis dudas, tener la cabeza fría y las cosas claras. Es muy fácil decirlo, pero muy difícil hacerlo.
¡Necesito ayuda!
Este es tan solo un caso más de los muchos que interesan a deportistas y técnicos, que influyen claramente en el rendimiento final y en la motivación de los atletas. Sin embargo, creo que no le damos realmente el valor que se merece, apenas lo trabajamos y nos informamos y por ahí se nos escapan multitud de proyectos ilusionantes.
Podemos saber mucha teoría, leer numerosos libros, pero si nunca estuvimos al borde de una piscina, difícilmente podremos comprender como piensa un nadador. Podemos tener un gran equipo y los mejores atletas, pero si no empatizamos con ellos, les conocemos de verdad, desconocemos cómo piensan, cuáles son sus motivaciones y no estamos al 100% a su lado cuando más lo necesitan, me parece fácil de entender,
NO extraeremos de su interior todo su potencial, ni aprovecharemos al máximo sus verdaderas posibilidades.
Imágen