Agustín Artiles Grijalba -Champi-
Es cierto que hay nadadores que han triunfado en la natación entrenando con intensidades y volúmenes de metros muy elevados desde edades muy precoces, algo que en mi opinión carece de la lógica, prudencia y garantía de seguridad necesaria que conlleva la preparación en etapas tan tiernas, en dónde el trabajo técnico es fundamental. Deportistas que a pesar de todo lo expuesto fueron capaces de alcanzar la excelencia a los 14-16 años y supieron mantenerse durante muchos más compitiendo al más alto nivel.
También lo es que muchos otros nadadores optaron por dejar de nadar antes de tiempo por semejante motivo, alcanzaron hastiados la mayoría de edad y no encontraron la motivación necesaria para seguir entrenando y poder demostrar su valía y lo mucho que prometían de pequeños.
De eso trata la siguiente historia, de una realidad que habita en nuestras piscinas y que por su importancia y responsabilidad no deberíamos obviar. UN RELATO inventado, pero real, expuesto y descrito en primera persona, a través de la mirada y vivencias de un nadador alevín,, que desde los 12-13 años, (11-12, si es niña) lleva entrenando como si no hubiera un mañana, y que al llegar a la edad adulta siente que ya no puede ni quiere dar más.
Soy un nadador absoluto, ya no quiero entrenar como si fuese alevín
Soy alevín de primer año, en octubre cumplo los 13 y ya sé cómo se ejercita un nadador absoluto. Es invierno, hace frío y me levanto 4 días a la semana a las 5h.15’ de la madrugada para ir a doblar. Una torpe brazada, un nuevo viraje y 4.000 metros. No tengo tiempo para entretenerme o llegaré tarde a clase. Me visto rápido, desayuno en el coche y de inmediato al colegio.
Por fin el almuerzo. Estoy cansado, apenas tengo tiempo para reposar la comida y ya toca ir a machacar durante tres horas. En el gimnasio, 60’ de circuito y al agua. Otros 7 km de nado aeróbico, súper divertido. En casa estudio, ceno, un poquito de video juegos en mi habitación y enseguida me quedo dormido.
Mañana habrá más.
Sí, sé lo que me vais a decir. Si quiero ganar he de entrenar duro. Sabes qué, estoy harto, he cumplido hace poco los 18, soy absoluto y son demasiados años levantándome temprano. Me siento agobiado, aburrido.
BASTA, No quiero seguir entrenando como si fuera alevín.
Lo dejo, que madrugue otro por mi
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