Agustín Artiles Grijalba -Champi-

Queridos Reyes Magos:

Me llamo Agustín Artiles Grijalba, aunque todos me conocen por Champi. Vivo en Gran Canaria, un archipiélago abrazado por un mar infinito, majestuosas montañas y regios volcanes,  bendecidos por la generosidad de su clima, de gente apasionada y cordial que venera su tierra.

Las Fiestas Navideñas se acercan y nos preparamos para vivirlas junto a nuestros seres queridos, con la intensidad y esperanza de que todos nuestros proyectos se hagan realidad. Ilusión y optimismo en tiempos difíciles, en los que la crisis ha castigado sin piedad nuestras vidas y ha llevado a vivir a muchos seres humanos situaciones nuevas e impensables de pobreza y dolor que jamás imaginaron.

De alguna manera el mundo se ha hecho más intransigente y los ciudadanos de la mayoría de los países más desconfiados. A menudo no dudamos en mirar con recelo a las personas que llegan de otros lugares en busca de una oportunidad que de sentido a sus vidas, obviando que no lo hacen por placer y que tienen que partir por necesidad hacia lo desconocido, en busca de esa ocasión que por el momento en su país y por diferentes circunstancias no encuentran.

Desgraciadamente y en pleno siglo XXI, somos a menudo testigos mudos y presenciales de los problemas que acechan al mundo y lo más triste de todo es que a veces ya ni siquiera nos afecta como debiera contemplar imágenes terribles de miseria y horror, asesinatos, o episodios de odio por discriminación racial y religiosa, que bombardean nuestros sentidos por televisión y que por habituales, ni siquiera prestamos la  atención que se merecen.

En un panorama tan frustrante la natación y el deporte en general supone una vez más un soplo de aire fresco, o incluso para muchos una válvula de escape en sus vidas. Un alegato a la convivencia, el entendimiento y la solidaridad entre los pueblos y sus gentes, que ansían un mundo más justo y  feliz en el escenario más difícil.

Aun así nuestro deporte no ha sido ajeno a ello. La crisis y la mala situación del país, unido a la falta de coordinación de estructuras técnicas y académicas, impiden en muchos casos compaginar natación y estudios universitarios, lo que provoca que nadadores y técnicos tengan que hacer las maletas y marchar a otros países en busca de la oportunidad que en el nuestro no encuentran y conquistar más fácilmente algunos de aquellos derechos elementales que en mi opinión nunca deberían faltarles, educación, compromiso y excelencia.

Son nadadores y colegas de profesión preparados y capaces, que cuentan los días para estar con nosotros en unas fechas tan señaladas.

A pesar de ello y no sin dificultades nuestros chic@s fueron capaces de reinventarse y seguir progresando. Son cada vez más audaces y protagonistas destacados en las competiciones más importantes del calendario internacional. Sus triunfos son cada vez más relevantes y sus nombres aparecen con mayor frecuencia en los puestos más importantes de los rankings, europeo y mundial, especialmente en las categorías más jóvenes.

Otros deportistas no tuvieron tanta suerte, ni pudieron rendir al nivel adecuado por una lesión, o simplemente porque se les agotó el entusiasmo.

Sería estupendo verlos de nuevo nadando, recuperados, pletóricos y motivados, que regresaran si así lo desean de nuevo a las piscinas y que lograran definitivamente todas aquellas metas por las que lucharon.

Para los que un día marcharon, toda la energía y suerte posibles y que en donde se encuentren sean felices y hagan realidad todos sus retos, con la seguridad de que siempre les llegará nuestro aliento. A todos aquellos que me hacen la vida más agradable, todo mi afecto y cariño y a mis rivales, mi agradecimiento por impulsar mi trabajo y hacerme más eficiente.

La Felicidad es un bien preciado, que deseo para todos vosotros. Alegría y esperanza en tiempos difíciles, un gran obsequio.

¡Ojalá mis peticiones sean posibles y  vuestra magia vuele tan alta!

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