Agustín Artiles Grijalba -Champi-
Tus padres andan preocupados. No saben si tienes un problema de audición, o si realmente vas sobrado de autoestima, cuando lo que sencillamente te ocurre es que con tan solo 14 años te crees mayor y “responsable” de tus actos, te las sabes todas y piensas que no tendrás dificultad alguna para sacar las notas adelante, cuando y como quieras, con el mínimo esfuerzo posible.
Lo malo es que la realidad y tus calificaciones indican lo contrario. En la última evaluación te cayeron varios suspensos y lo peor, la sensación de que pase lo que pase nunca aprenderás de tus errores.
Por si no fuera suficiente, una y otra vez ignoras los prudentes consejos de tus padres, que te repiten por activa y por pasiva que no te olvides de los estudios y dejes otra vez los deberes para última hora, porque de lo contrario volverá a suceder lo mismo.
Total, quién son ellos para decirte lo que tienes que hacer, si ya con tu edad eres totalmente autosuficiente
No te vendría mal escuchar y hacerles caso, tal vez tener presente los palos que te has llevado y aprender un poco de ellos, recordar la cantidad ingente de veces que tus padres te aconsejaron que aprovechases la oportunidad de estudiar todos los días, aprendieras a dosificar las horas de estudio y así pudieras controlar mejor los nervios de última hora, que te dejan la mente en blanco y poder llegar al control más fresco y con las ideas más claras.
Eso sí, eres un crack y siempre tienes la respuesta adecuada y más convincente:
¡No me deis la barrila, sois unos plastas!
Sé lo que hago, las notas están controladas.
La realidad es casi siempre sincera y cruel. Por supuesto los que llevaban razón, como tantas veces eran tus padres, que son quien mejor te conoce y te avisaron hasta el último día de tu inmenso error. Dos suspensos más adornan el boletín de notas, estarás castigado hasta que te cases, te quitarán el móvil y no te dejarán salir de casa, pero lo peor de todo está aún por llegar, ya que si no aprendes de tus errores, volverás a ver otra vez la misma película, con tan triste final.
Por qué hacer las cosas mal, si las puedes hacer bien. Por qué suspender cuando tienes la opción de aprobar
¿Te lo has preguntado de verdad alguna vez?
Probablemente pienses que el tema no me atañe y te preguntes a qué viene esta charla, si mi misión es entrenar nadadores, pero yo así no lo veo. Tan solo soy un entrenador, interesado como otros tantos en el futuro profesional, la educación y el rendimiento deportivo de los nadadores a mi cargo, que le encantaría ver cómo los chicos, con los que convive multitud de horas, obtienen grandes resultados dentro del agua, salen adelante en la vida y son capaces de sortear con seguridad y trabajo los problemas cotidianos.
Un porvenir cada vez más inseguro e incierto para todos, que me preocupa como a cualquiera con dos dedos de frente, me anima a insistir en encontrar soluciones, o al menos estar alerta, instruido y preparado.
Tal vez las siguientes ideas y estrategias, que habréis escuchado en multitud de ocasiones puedan ayudaros a cambiar la perspectiva y ser más eficientes. No son la panacea, pero quizá os podrían venir bien para allanar el camino y dar brillo a vuestros boletines académicos, un reto sugerente e importante, que debería ser de máximo interés para vuestro futuro, por infinidad de razones, pero sobre todo por un motivo evidente…
“Después de la natación, vendrá la competición más importante. La de tu propia vida”
- Acepta la situación y reconoce que tienes un problema y de tu interés partirán las soluciones.
- Prepara los exámenes con antelación, evita dejar todo para última hora y todo será más factible.
- Ten en mente un plan alternativo que te ayude a sortear posibles imprevistos.
- Reduce el tiempo de ocio que pasas en internet, el móvil y los videojuegos.
- Solicita ayuda, cuando lo necesites. a tus padres, compañeros y amigos, a quien te produzca mayor confianza
- Participa activamente en clase. Presta atención, toma apuntes y haz cuantas preguntas necesites
- Sé organizado, administra bien tú tiempo y aprende técnicas de estudio.
- Jamás te rindas.
Seguramente hayas pensado en alguna ocasión que saber ecuaciones no te van a servir para nada en la vida, que para triunfar como actor o actriz te dará igual saber historia contemporánea. Suspender un examen tampoco debería suponer un impedimento para dedicarte en el futuro a la actividad que más te guste y que hay cosas más importantes en la vida que merecen toda tu atención y talento, que aprobar educación física.
Probablemente no te falten razones para pensar de esta manera, pero seguramente si te lo planteas de verdad, atiendes a estas propuestas y logres sacar mejores notas, conseguirás potenciar tu autoestima, te sentirás más seguro y satisfecho de ti mismo, más responsable y obtendrás conocimientos que te permitirán tener una visión más crítica del mundo y por qué no decirlo, harás más felices a tus padres.
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