Agustín Artiles Grijalba -Champi-
Su madre no lo podía entender y se desesperaba. Le llamaba una y otra vez para sentarse a comer en la mesa, pero él muchacho no daba señales de vida. La comida se enfriaba y él sencillamente se encontraba ensimismado en su habitación, reproduciendo una y otra vez en su imaginación esa carrera perfecta con la que tantas veces había soñado y en la que siempre resultaba victorioso.
Siempre fantaseó con ser un gran campeón, pero no uno cualquiera, sino el mejor. Le daba igual que sus cualidades físicas no fuesen las más adecuadas, él lo supliría con perseverancia y compromiso, con aquellas facultades mentales propias de los grandes campeones, que estaba convencido que le caracterizaban y seguramente con esos sueños de grandeza que seguramente tuvieron muchos de ellos con su edad.
El almuerzo podía esperar
¿Qué requisitos necesitaría para lograr sus hazañas?
Salvo excepciones los títulos Olímpicos, los récords mundiales conseguidos a lo largo de su historial deportivo no fueron fruto de la casualidad. En la mayoría de los casos persiguieron desde su infancia el mismo sueño, alcanzar la excelencia en su deporte. Para lograrlo adquirirían un Compromiso, harían todo lo posible por llevar a cabo sus fantasías deportivas. Sabían que durante su carrera pasarían por momentos difíciles, no se darían por vencidos y perseverarían hasta límites insospechados con tal de lograr sus retos.
Si querían desarrollar todo su potencial deberían tener la firme convicción de que podrían hacerlo. Solo de esa manera pasarían a la historia como uno de los “Elegidos”, aquellos atletas dotados de una fortaleza mental y afán de superación muy superior al del resto de los mortales.
Generalmente, apoyados por un nutrido elenco de profesionales del deporte que pusieron los conocimientos a su disposición, se pusieron manos a la obra. Fijaron junto a su entrenador unas metas a largo plazo, como requisito imprescindible para alcanzar los mejores resultados en el momento adecuado.
Mejoraron y perfeccionaron con detalle y esmero su técnica a través de una amplia variedad de ejercicios y destrezas, aumentaron progresivamente el número de sesiones dedicadas al entrenamiento y a la competición, así como el volumen e intensidad de las mismas, maduraron como deportistas y alcanzaron la grandeza.
Es evidente también que los Genes jugaron un papel muy importante en sus éxitos deportivos. Autores como José Gerardo Villa opinan que el 60-80% de los triunfos de nadadores de la talla de Michael Phelps y otros súper campeones se deben a factores genéticos y el 20-40% al entrenamiento, que los avances en este campo nos permitirán detectar y seleccionar más si cabe potenciales talentos deportivos entre la población infantil y orientarlos hacia un deporte determinado y los que tengan un perfil genético menos favorable, sobre el papel tendrían escasas o nulas opciones de ser campeones.
En la actualidad algunos de estos súper nadadores como Mireia Belmonte y Katinka Hosszú no se conforman con rendir al máximo nivel en una sola prueba, poseen además de una capacidad de superación y trabajo encomiables, una versatilidad que les permite participar y vencer en una amplia variedad de estilos y distancias con escaso margen de recuperación, algo impensable hasta hace poco en el que la planificación de la mayoría de los nadadores se limitaba a su prueba principal.
Les caracteriza también una serie de Facultades que les ayuda a lograr sus propósitos:
- La capacidad de nadar durante mucho tiempo acumulando mucho menos ácido láctico, lo que implica una mejora en la recuperación y les habilita para afrontar una mayor carga competitiva.
- En la mayoría de los casos gozan de una técnica eficiente y una capacidad enorme para desplazarse por debajo del agua con batido de delfín, durante mayor tiempo que el resto de sus rivales
- Por sus características y aunque desconozco los datos reales de cada uno, imagino tendrán una frecuencia cardíaca en reposo baja y un consumo máximo de oxigeno elevado y vendrán determinados en gran parte por la herencia genética y la exigencia de sus entrenamientos, aunque en determinadas circunstancias nadadores dotados con valores bajos de VO2max, lo pueden compensar perfectamente con una mayor eficiencia
- Inteligencia táctica, buenos estrategas
- Importante capacidad de concentración y la habilidad necesaria para mantenerla durante un tiempo prolongado.
- Facultad de obtener sus mejores prestaciones en la competición más importante
Personalmente creo que sería bueno también que los avances científicos se centraran además de en el entrenamiento duro, la planificación de las cargas y la recuperación en otros aspectos más apasionados y más difíciles de evaluar y cuantificar, pero que en mi opinión tienen un inmenso valor y un margen de mejora considerablemente mayor:
- La motivación y la recuperación para soportar grandes cargas de trabajo.
- La fuerza de voluntad y la capacidad de superación.
- La creatividad
- La eliminación del estrés y la ansiedad.
Quizá no siempre todo esté en los genes y ese porcentaje del 20-40% que antes mencioné sea mayor en determinadas ocasiones. Al menos para que nuestro joven protagonista pueda creer que esa oportunidad que tanto ansía, sea posible
Yo creo que los campeones no siempre nacen, también se hacen
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