Agustín Artiles Grijalba –Champi-
Entrenas duro, rara vez faltas a entrenar y cumples a rajatabla las indicaciones de tu entrenador, pero en el momento de la verdad las dudas atenazan tu mente y bloquean tu rendimiento. Tu cabeza echa humo y tus preocupaciones se enfocan principalmente en el estado de forma de tus rivales.
Te preguntas constantemente cuál será, si habrán entrenado bien los días anteriores, qué tipo de series y repeticiones habrán hecho, qué tiempos realizaron y sobre todo, si serán capaces de mejorar de nuevo los tiempos de la última competición, que por cierto fueron extraordinarios.
Llegas a casa, la situación se amplifica más si cabe y estudias compulsivamente sus puntos fuertes y débiles. Miras la serie y calle dónde nadan, el número de pruebas en que compiten por jornada y cualquier otro detalle por insignificante que pudiera parecer, que piensas “te pudiera ayudar” en tu objetivo.
Una locura, has comprado todas las papeletas para que suceda lo contrario.
El verdadero secreto de tu éxito radica en ti mismo, en NADAR TU PROPIA PRUEBA, aquello que haces a diario en la piscina y en tu vida habitual. Potenciar tus fortalezas y defectos.
De lo contrario, ese peso innecesario extra que cargas te dejará exhausto e intranquilo y tu rendimiento final se verá claramente afectado. No te fustigues, deja que corra el aire en tu coco y mantén en todo momento la confianza en tu esfuerzo y posibilidades.
Si te preocupas demasiado por tus rivales y te obsesionas en exceso con ganarles, menos posibilidades tendrás de hacerlo. Si te concentras en tu propia actuación y potencias tus virtudes, tendrás más opciones de lograrlo
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