Agustín Artiles Grijalba –Champi–
Llamadme raro, pero me encantan los triunfos de los nadadores españoles y del Combinado Nacional, disfruto con sus victorias y no por ello dejo de admirar las de otros países.
A veces somos propensos a destacar con excesiva pasión las hazañas de nuestros deportistas, nos envalentonamos y nos creemos Campeones Olímpicos. Disfrutamos con sus triunfos, los celebramos a lo grande y nos hacemos partícipes de los mismos, como si realmente fuéramos nosotros los que los conseguimos y nos fuera la vida en ello.
Sin embargo en otras circunstancias, al menor descuido y después de una inesperada derrota, tiramos por tierra todas nuestras ilusiones y nos convertimos en nuestros más feroces rivales. Mostramos generosamente cierto desencanto, criticamos con dureza y sin compasión nuestro comportamiento y la envidia y desconfianza nos corroe.
Expresiones del tipo, los de afuera son mejores, entrenan como es debido y los nuestros son unos pobrecillos y bastante tienen con no hacer el pardillo, son habituales en nuestras conversaciones.
Pasamos en décimas de segundo de tocar el cielo, al abismo del infierno.
Pues no compañeros, ni una cosa ni la otra, ni tan buenos ni tan malos. Estoy convencido que salvo excepciones, los nadadores de otros países que obtienen mejores resultados poseen similares recursos a los nuestros, quizá nos falte aprender a gestionarlos más eficazmente. Tal vez su carácter les permita ser fríos y tranquilos en los momentos precisos, pero nosotros somos apasionados y cada vez más cerebrales y disfrutamos vibrando con nuestras victorias. Seguramente ellos tengan similares sueños, pero a lo mejor son capaces de soñar más fuerte.
Creo que es un error compararnos con otros países, cada uno de ellos tiene sus prioridades. Al nuestro por ejemplo, vinieron preparadores afamados en su nación de origen y no fueron capaces de triunfar en el nuestro, simplemente por falta de adaptación y diferentes motivos. Otros, por el contrario supieron aprovechar su valía en un entorno complicado y diferente al suyo, se adaptaron a nuestras costumbres y alcanzaron el éxito. Lo mismo sucede con nuestros nadadores y técnicos, unos triunfarán y otros tendrán que seguir insistiendo para hacerlo en lugares con culturas y tradiciones distintas.
Aprender a valorar y reconocer los triunfos de nuestros deportistas y los del equipo nacional como merecen y en su justa medida, quizá sea una de nuestras asignaturas pendientes.
La ilusión no falta, nuestros nadadores obtienen actualmente mejores resultados internacionales y encabezan en muchos casos los ránkings internacionales más prestigiosos. Son genuinos, están mejor preparados y seguros de sus posibilidades, me siento orgulloso de ellos y tienen todo mi apoyo y consideración.
Imágen
Foto1: Equipo Nacional español Europeo de Berlín 2014
Foto2: Selección Cántabra de natación
Entrenamientos, opiniones, análisis y mucho más. 