Agustín Artiles Grijalba –Champi-
El talento natural, la pasión y la fortaleza mental, unido a una orientación profesional adecuada y eficiente de tu entrenador son algunos de los requisitos más importantes para alcanzar el éxito en el deporte. Hay innumerables formas y caminos para alcanzar tus propósitos, no pasa nada si tu planificación deportiva se basa en el volumen o en la intensidad,ambas son opciones válidas, pero siempre tus intenciones han de estar basadas en el compromiso y la constancia.
Las siguientes directrices son muy útiles para determinar y ubicar las circunstancias individuales del entrenamiento y me complace compartirlas con todos vosotros.
PUNTOS FUERTES Y DÉBILES
Cada nadador es diferente y tiene rasgos característicos y propios que le definen. Unos estarán dotados de unas capacidades idóneas para la velocidad, y obtendrán mejores resultados en pruebas cortas, que solicitan mayor fuerza y potencia. Otros destacarán más en especialidades de larga distancia, cuyas exigencias requieren de un volumen de entrenamiento mayor, esfuerzos más repetitivos y de más tiempo de ejecución.
Puede también que algunos sean capaces de obtener grandes prestaciones con menor esfuerzo, gracias a una habilidad técnica relevante y otros sin embargo, se beneficien de un mayor rendimiento merced a una mayor economía de carrera y a un gran sentido del ritmo.
Independientemente de cuales sean las cualidades de uno u otro, es aconsejable invertir una parte considerable de nuestro tiempo en mejorar aquellos aspectos que entorpecen nuestras posibilidades, pero a mi modo de ver, cuando nos acercamos a la competición más importante, el énfasis del entrenamiento debe ir dirigido a fortalecer en mayor medida los puntos fuertes de cada nadador.
SIEMPRE POSITIVO
Dos nadadores de 1500 libre realizan un grupo de repeticiones de umbral anaeróbico de 30×100/15”. Ambos no consiguieron el objetivo marcado por el entrenador y el primero de ellos sale del agua visiblemente afectado. Esperaba hacer 2” menos de promedio y se muestra contrariado, se queja y manifiesta abiertamente su disconformidad y desoye los consejos del preparador. Su compañero, a pesar de no haber logrado el objetivo ansiado, es consciente de la dificultad del reto y escucha atentamente las explicaciones del entrenador, que le indica los posibles motivos y le aconseja seguir trabajando con decisión para volver a intentarlo próximamente.
¿ Quién te parece que tendrá más opciones de alcanzar el reto en el futuro?
Unos virajes mal ejecutados, un excesivo cansancio por una recuperación inadecuada, un estilo deficiente, o simplemente un mal día pueden ser alguno de los múltiples motivos de una actuación insuficiente. Quejarte de tu mala suerte, de tu bajo rendimiento y buscar excusas innecesarias por una mala actuación no me parece la opción más aconsejable.
Mira siempre hacia adelante, no te desanimes por una mala actuación o una eventual derrota e insiste en tus intenciones. Seguramente tendrán más posibilidades de alcanzar el éxito aquellos nadadores que tienen una actitud más abierta y provechosa ante las dificultades, que los que se dejan influenciar por la negatividad.
PLAN “B” PAR LOS IMPREVISTOS
Estás deseando que llegue la hora de entrenar. Vas a repetir el mismo Test Anaeróbico Láctico de hace 10 días y estás loco por comprobar cómo van las cosas. Llegas a la piscina y te encuentras con un panorama desolador. Se ha roto la calentadora y el agua está excesivamente fría, la situación aconseja dejar el intento para otra ocasión y cambiar el objetivo del entrenamiento. Al final tan solo 30’ de nado continuo y una sesión más específica de seco componen la carga del día.
Los imprevistos suceden y has de estar preparado para cualquier contratiempo. Ten siempre un plan “B” para aquellas situaciones que escapan a tu control. Una tormenta en la hora del entrenamiento, que os impide nadar, un exceso de cloro, una inoportuna molestia física son eventualidades inesperadas que a veces ocurren, pero que no tienen por qué impedir el normal desarrollo de la actividad.
Es posible también que en determinadas ocasiones el nadador se encuentre excesivamente fatigado o desganado por cualquier motivo. No dudes en cualquier caso de adaptar e incluso cambiar el objetivo de la sesión por otro más adecuado y acorde a las circunstancias del momento.
Tener en cuenta estas coyunturas, la opinión y las sensaciones del nadador en un momento insospechado e inoportuno no implica descontrol alguno, sino todo lo contrario. Significa flexibilidad, personalidad, implicación, liderazgo, dominio de la realidad y profesionalidad.
OBJETIVOS A CORTO PLAZO
A menudo nos obcecamos con nuestros conocimientos adquiridos por nuestros estudios y por la propia experiencia personal al borde de una piscina y no nos atrevemos a indagar sobre nuevos recursos de preparación, por miedo, creencias personales, desconocimiento o falta de interés.
Con frecuencia damos a entender cuando se nos pregunta, que la planificación de los nadadores a nuestro cargo va encaminada a obtener el beneficio más adecuado a largo plazo. A veces es así, porque de esa manera parecemos mejores técnic@s de cara a la galería, otras para salir del paso de una mala actuación y en el mejor de los casos porque realmente lo planeamos de esa manera.
Las metas intermedias, menores y más sencillas de alcanzar son necesarias en la programación del nadador. Le preparan para el rendimiento futuro, son apropiadas para mantener su motivación y le proporcionan una oportunidad única para impulsar su progresión y comprobar los frutos de preparación adquiridos, con la asiduidad que le impiden la planificación por un periodo prolongado durante años.
ENTRENAMIENTO INVISIBLE
A veces la diferencia entre ser un buen nadador o el mejor, entre obtener una marca mínima para asistir a un campeonato nacional, o quedarse a escasa distancia del objetivo radica en aquellos detalles que en ocasiones no se perciben y no se les otorga la importancia que merecen.
Cuando hablo de entrenamiento invisible me refiero a todos aquellos hábitos y actividades que realiza el nadador fuera de la piscina, o de su lugar habitual de preparación y que escapa a los ojos del entrenador, pero que son determinantes en el objetivo final.
Una recuperación inadecuada de los esfuerzos del entrenamiento, la ingesta inapropiada de hidratos de carbono en la alimentación del deportista, una deficiente hidratación, que origina una excesiva fatiga y que produce una disminución acelerada del rendimiento deportivo, unido a una nula preparación psicológica, son aspectos vitales que influyen en el bienestar del nadador y que debemos controlar para una correcta progresión.
Si en una competición no logramos los objetivos previstos jamás será por azar, siempre habrá un motivo que lo justifique Se puede tratar tan solo por un descuido, mala suerte o por no habernos esforzado lo suficiente, pero una vez que logramos una victoria brillante nos damos cuenta de que fue porque realmente estamos capacitados para ello.
Haz siempre de la regularidad y la constancia en el trabajo los componentes más importantes para lograr el éxito. Lo principal es el día a día y lo que se puede contrastar y no preocuparte excesivamente por las actuaciones del pasado, ni demasiado por las del futuro.
Imágen
Grupo de nadadores del Club natación Ciudad Real para el Campeonato de España infantil, temporada 2004-2005