Agustín Artiles Grijalba –Champi-

Queridos Reyes Magos, soy Agustín Artiles Grijalba, aunque en mi entorno deportivo me llaman Champi. Soy un entrenador de natación y los que me conocen dicen que soy un enamorado de mi deporte. Probablemente no les falte razón, me encanta entrenar y aunque parezca increible, empatizo con los éxitos de mis compañeros y rivales.

Vivo en Gran Canaria, un archipiélago abrazado por un mar infinito, majestuosas montañas y regios volcanes,  bendecidos por la generosidad de su clima, de gente apasionada y cordial que venera su tierra.

Este año mis peticiones vuelan más alto y van dirigidas hacia mis compañeros, lo técnicos. Profesionales del deporte, que no son ajenos a la situación del país y que en muchos casos luchan por sobrevivir, como en otras actividades profesionales en un clima laboral incierto, en el que apenas importa tu experiencia anterior, tus logros y lo mucho que valgas, que premia el acatamiento, el conformismo y por qué no decirlo, la ignorancia.

Resulta desolador comprobar cómo una y otra temporada técnicos  con un historial exquisito de éxitos y servicios a la comunidad deportiva, con tanto prestigio y talento que dar y otros más jóvenes, con menos experiencia, pero resueltos, con aptitud e ilusión que aportar, tratan de subsistir al anonimato y al apresurado paso del tiempo.

Algunos emigran a otros países en busca de ese empleo, otros malviven en el mejor de los casos con un sueldo ridículo y grotesco a una profesión que tanto aman y que por inconcebibles razones les ha perdido el respeto, les arrincona sin apenas prejuicios al rincón de pensar y les invita a resistir con estoicismo inmenso una ínfima oportunidad de salir del olvido y poder hacer lo que más les gusta y por lo que tanto soñaron, entrenar, formar y educar nadadores.

Sé que estas peticiones pueden parecer para muchas ridículas, ilógicas e incomprensibles en una carta de Reyes, que lo vuestro es conceder regalos, en el mejor de los casos, o carbón, si nosotros no hemos hecho nuestros deberes y tuviéramos gran parte de culpa. Seguramente mi forma de ser, soñadora e idealista me pierda, pero prefiero pensar que aún estamos  a salvo, que somos algo más que un colectivo y que con la ayuda de vuestra magia cualquier cosa es posible.

Os lo aseguro, los técnicos españoles somos auténticos, queremos ser mejores y más eficientes, deseamos conocer los métodos de trabajo de los mejores nadadores y técnicos del mundo, pero no nos engañemos, nuestra prioridad absoluta como la de cualquier persona es poder llevar nuestros proyectos adelante, de manera individual y aún mejor, colectiva, conseguir junto a nuestra pareja sacar a la familia adelante y si se puede además,  poder aprovechar y aplicar esos nuevos conocimientos alcanzados.

Los técnicos españoles tienen talento y algo que otros desconocen, corazón  y embrujo, Lo sé porque lo he visto, me lo enseñan a diario.

Tal vez nos falte ir más de la mano

La Felicidad, la salud y el trabajo son bienes preciados, que deseo para todos vosotros y para todo el mundo. Alegría y esperanza en tiempos difíciles, un gran obsequio.