Agustín Artiles Grijalba -Champi-

Recuerdo cuando era joven y en la serenidad de la noche mi cerebro dibujaba un camino y más allá de aquel camino siempre distinguía cinco hermosos aros entrelazados que se acercaban hacia mí y que hasta ahora no encontraron la manera de llegar, pero que aún me susurran al oído que no me preocupe, que no cejarán hasta arribar.

Nunca pensé en publicar, 800 artículos he publicado. Siempre quise ser olímpico y si al final no lo consigo, me compraré 5 aros

Una joven e ilusionada actriz espera impaciente entre bambalinas que dé comienzo su primera actuación teatral. Toda su familia ha acudido a ver la obra y no quiere dejar pasar la oportunidad de demostrar su pujanza.

Un esquiador repasa mentalmente en la cámara de salida la prueba de slalom en los momentos previos de la competición más importante de su trayectoria deportiva y en ellos siempre sale victorioso.

Con tan solo 13 años una promesa del deporte observa una y otra vez ensimismado la grabación de las pruebas olímpicas de sus atletas favoritos. Se imagina compitiendo junto a ellos y recibiendo la más exclusiva medalla, mientras escucha emocionado el himno de su país, que suena una y otra vez en su honor.

Seguramente en este mismo instante y en cualquier lugar del mundo alguien dibuje en su mente un camino de gloria y más allá de ese camino contemplará agradecido, sugerentes imágenes como las descritas y que aspiran a ser realidad.

Sabéis de lo que hablo. Seguro que en alguna ocasión habéis escuchado el eco de algo bueno que se aproxima y no termina de llegar, tengáis la extraña sensación de haberlo intentado de veras y a pesar de ello vuestro deseo se aleja.

Son suspiros sin complejos, que a veces serán verdad. Quimeras, la mayoría de ellas, que nunca se cumplirán. Sueños de cualquier otro ensueño, que ansían una oportunidad y que si tu corazón se cansa de amar, jamás los volverás a escuchar.