Agustín Artiles Grijalba -Champi-
A veces tratamos de encontrar lo que un día tuvimos a nuestro alcance. Cuando lo pudimos acariciar no lo supimos atrapar, tampoco conquistar en los momentos que más lo necesitamos y por desgracia lo perdimos
De alguna manera subimos como la espuma, somos propensos a destacar con excesiva pasión las hazañas de nuestros deportistas, nos envalentonamos y nos creemos campeones olímpicos. Disfrutamos con sus triunfos, los celebramos a lo grande y nos hacemos partícipes de los mismos como si realmente fuéramos nosotros los que los conseguimos y nos fuera la vida en ello.
Sin embargo en otras circunstancias, al menor descuido y después de una inesperada derrota tiramos por tierra todas nuestras ilusiones y nos convertimos en nuestros más feroces rivales, mostramos sin filtros nuestro desencanto, criticamos con dureza y sin compasión nuestro comportamiento a nuestros compañeros y la envidia y la desconfianza nos supera. Incluso, da la impresión como si los del exterior siempre fuesen mejores, entrenaran como es debido y los nuestros fueran unos pobrecillos y bastante tuvieran con no hacer el pardillo
En un instante pasamos de tocar el cielo al abismo del infierno
Quizá lo que nos falte a todos de verdad es aprender a ser más flexibles y estar más unidos, proteger y defender lo nuestro y a los nuestros bajo cualquier circunstancia y ser capaces de acometer decisiones valientes en favor de los intereses de los deportistas, verdaderos protagonistas de la película y que sin ellos nada tendría sentido ni estaríamos aquí.
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