Agustín Artiles Grijalba -Champi-
Alcanzar la excelencia en aguas abiertas no es tan solo una cuestión de talento, actitud y perseverancia para alcanzar tus objetivos, que también. Es mucho más que todo eso, se trata además de otros aspectos que suman y al final pueden significar la diferencia entre el éxito y la derrota.
Tal vez seas un nadador muy disciplinado capaz de manejar una gran carga de trabajo, entrenar 20 km diarios, pero odies el mar. Hacer numerosas repeticiones a un ritmo elevado en una piscina con descansos muy cortos durante mucho tiempo pero no poseas la fuerza mental necesaria para competir a bajas temperaturas. Puede también que vayas en cabeza durante más del 90% de la prueba de 10 km, en los últimos 500 no puedas cambiar de ritmo y en los metros finales algunos de los rivales que han ido a tu estela te sobrepasen.
Las siguientes características son propias de un nadador o nadadora de aguas abiertas, unas cualidades innatas para las pruebas de larga distancia.
- La capacidad de consumir el mayor volumen posible de oxígeno durante esfuerzos máximos (Alejandro Lucía)
- La natación de aguas abiertas es una actividad que precisa un elevado volumen de trabajo y que requiere una importante aptitud de trabajo del deportista, además de una adecuada capacidad de recuperación entre sesiones de entrenamiento.
- La cualidad de amar el agua, de luchar contra los elementos sin importar la naturaleza de las circunstancias con las que te vayas a encontrar.
- Inteligencia táctica, lo que le confiere un plus de buen estratega
- La habilidad de leer muy bien las carreras y adaptarse a las condiciones inherentes de la prueba, rivales a batir, aspectos climatológicos, orientación, temperatura, contacto físico con los adversarios, etc.
- La aptitud de mantener un ritmo uniforme durante un tiempo prolongado y el talento necesario para cambiarlo cuando la situación de la carrera lo requiera.
- La facultad de competir bien en los grandes momentos y lograr victorias importantes.
- No ponerse nervioso en los momentos claves de la competición y saber tomar decisiones valientes
- Calidad, economía de nado y la capacidad para nadar durante mucho tiempo sin entrar en acidosis láctica, así como la eficacia de rendir a una elevada velocidad con menor gasto energético.
- Una gran resistencia a la fatiga y la aptitud de nadar y competir a elevada velocidad, relajadamente y sin tensión aparente
- La destreza y capacidad de manipular una gran carga de preparación sin romperse y saber con certeza lo que necesita en cada momento para alcanzar sus objetivos.
- La habilidad de defender tu territorio, ganar la posición a los rivales que luchan por similar objetivo, con la preparación óptima para hacerlo con naturalidad y con el menor desgaste físico posible, sin malgastar energía y afectar tu concentración.
Las aguas abiertas son todo esto y mucho más. Son natación, pasión, generosidad y entereza. Superar a tus rivales y combatir contra infinidad de elementos, atrevimiento e integridad y un pacto acordado con la soledad.
Referencias
Alejandro Lucía. Sobre fisiología del deporte
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