Agustín Artiles Grijalba -Champi-
A veces los milagros suceden. Un simple error, una mala salida, un gesto técnico defectuoso o simplemente una desastrosa llegada pueden convertir tu mayor sueño en una pesadilla. Eso debió sentir Mat Biondi en la final de 100 mariposa de Seúl 88 cuando después de encabezar la prueba desde el principio no pudo o no supo concluirla como hubiera deseado.
Probablemente la peor llegada de su carrera deportiva y en el instante más importante. No se lo podía creer, era el favorito indiscutible y se vio sobrepasado en la misma línea de llegada por Anthony Nesty, nadador de Surinam aunque nacido en Trinidad Tobago, que aprovecho su momento y se proclamó campeón olímpico ante la incredulidad de los presentes, que no daban crédito a lo que veían.
Nesty fue el mejor, salió rápidamente del agua, como si no fuera con él la cosa y pasó a la historia como el primer hombre de raza negra en ganar una medalla de oro, éxito que estuvo a punto de repetir en Barcelona 92, en donde logró la medalla de bronce en una llegada ajustadísima, a tan solo 9 centésimas del ganador, Pablo Morales y 6 centésimas del medallista de plata, el nadador polaco, Rafael Szukala, logrando de esta manera las dos únicas medallas de siempre de este país en unos juegos olímpicos. Mérito que también podría haber compartido la triple medallista de oro olímpica, Ranomi Kromowidjojo, de origen javanés-surinamés que compite para países bajos.
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