Agustín Artiles Grijalba -Champi-
¿Os imagináis que Michael Phelps o Katie Ledecky no se hubieran clasificado para alguna de las finales olímpicas en las que después ganaron el oro por reservar fuerzas para la final?
Eso es lo que le pasó al nadador alemán Thomas Fahrner, en la prueba de 400 libre de los Ángeles 84.
A veces las sorpresas existen y algunos campeones han visto frustradas sus ilusiones deportivas en alguna ocasión. Se llevan las manos a la cabeza y se lamentan cuando no obtienen los resultados esperados, sin valorar en su justa medida si realmente hicieron los méritos necesarios para conseguirlos, respetaron como debieron al resto de rivales y se implicaron en la prueba como la oportunidad requería.
Cuando esto sucede, las causas son variadas, pero suelen ser parecidas:
- Reservar fuerzas para la supuesta final A. La más lógica en este caso
- Desmerecer a los rivales. No tenerles en cuenta como se debiera
- Pensar que eres el mejor y ya está todo está hecho
- Una mala decisión técnica y de planteamiento de la carrera
- Una actitud arrogante
- Mala suerte
- Una mala jornada
El protagonista de esta historia, Thomas Fahrner fue un nadador de la República Federal Alemana, especializado en pruebas de 200 y 400 libre, ganador de 3 medallas olímpicas. Una de bronce individual en 200 libre, otra de plata en aquel inolvidable relevo de 4×200 libre (Los Ángeles 84) y bronce en 4×200 libre en Seúl 88, que protagonizó uno de los momentos más tremendos y comentados de la historia de la natación olímpica.
Fahrner se presentó en el Centro Acuático de los Ángeles como uno de los grandes favoritos al triunfo final de la prueba de 400 libre, en donde contra todo pronóstico se quedó fuera de la Final A por tan solo 19 centésimas, al parar el crono en 3.55.26. Un registro insuficiente e inesperado que no le sirvió para pelear por su gran objetivo, las medallas olímpicas, al clasificarse tan solo para la Final B, carrera en la que también se metió el nadador español Juan Enrique Escalas, en el puesto 12.
Sin duda, un palo enorme para el nadador alemán que tuvo que ver además como el americano George Dicarlo con un tiempo de 3.51.23 se alzaba con el triunfo final, la medalla de oro y el título de campeón olímpico con un tiempo peor que el suyo de la final B, de 3.50.91.
Un nuevo RÉCORD OLÍMPICO, que tan solo le valió la 9ª plaza por delante del nadador mallorquín, que mejoró en la final B la marca de las eliminatorias y quedó décimo. Una situación que le produjo una terrible decepción al comprobar que el tiempo final logrado era mejor que el del vencedor, George Dicarlo, como así se puede ver en el vídeo.
ELIMINATORIAS DE 400 LIBRE MACULINO. LOS ÁNGELES 84
FINAL A.
FINAL B
Las sorpresas suceden y todos estamos expuestos a ellas.
El nadador alemán, Thomas Fahrner es un claro ejemplo de ello. Fue el más rápido en el 400 libre de Los Ángeles 84, batió la plusmarca olímpica, pero no lo pudo demostrar en el momento oportuno, la Final A.
Lo que nos deja una reflexión:
El caso expuesto es más habitual de lo que imaginamos. Es, un clásico de nuestro deporte. Todos hemos tenido o sabemos de algún nadador que ha sufrido sus consecuencias en alguna ocasión. Deportistas, que confiaron demasiado en sus fuerzas, se arriesgaron, decidieron ir a clasificarse y se quedaron fuera de los puestos de honor, por esta o alguna de las causas descritas u otras similares.
Imágen
1- https://alchetron.com/Thomas-Fahrner
Referencias: