Un pequeño gesto entre ellos, una simple mirada de complicidad y te dabas cuenta al instante que eran diferentes, que estaban preparados para alcanzar cualquier reto y que lo iban a conseguir. Eran duros y con ellos todo era posible, formaban parte de un grupo especial y no querían, ni se lo podían perder. En las competiciones no actuaban como meras comparsas, deseaban y querían vencer, ser los protagonistas y estaban dispuestos a darlo todo, con tal de triunfar y elevar a su club a las más altas cotas

Así eran mis chicos del Ciudad Real, combativos y ambiciosos. Sabían que alcanzar el éxito no era fácil, que nadie les regalaría nada y que a pesar de no entrenar en las mejores condiciones, los triunfos llegarían, con esfuerzo y valentía.

Por eso y por mucho más, siempre C. N Ciudad Real.