Agustín Artiles Grijalba –Champi-
A lo largo de mi trayectoria deportiva he tenido la oportunidad de dirigir la preparación deportiva de multitud de nadadores. Algunos de ellos poseen la mayoría de las facultades y motivaciones necesarias para alcanzar excelentes prestaciones. Otros tienen las capacidades adecuadas para triunfar, pero les falta el deseo conveniente y un tercer grupo, carecen de aptitudes óptimas para nadar, pero son capaces de suplir sus carencias físicas o biomecánicas, con un gran entusiasmo y coraje.
Todos ellos requieren un trato diferente e individualizado, según sus personalidades y destrezas y creo que el entrenador ha de estar dispuesto a cuidar de sus atletas, primero como personas, después como estudiantes y en tercer lugar como deportistas.
Teniendo en cuenta que cada uno de ellos responden de manera diferente a las indicaciones, planificación y orientaciones del entrenador, me gustaría compartir con vosotros una serie de normas o sugerencias que me parecen útiles, que me han ayudado a lo largo de mi carrera de entrenador y que pueden contribuir a potenciar, más si cabe, la preparación de vuestros chicos, en cualquier tipo de circunstancias o situaciones.
- Cada nadador es diferente y tiene características individuales propias. No todos son iguales y responden de la misma forma al entrenamiento. Cada uno de ellos tiene un umbral diferente de esfuerzo, responden de una manera distinta a la misma sesión de preparación y no tienen porque alcanzar la forma en el mismo momento. Algunos son capaces de nadar altos volúmenes de metros, sin esfuerzo aparente, y otros están más dotados para estímulos cortos y de mayor intensidad. Independientemente del tipo de nadadores que tengas, has de tratar a cada uno de ellos individualmente, teniendo siempre presente sus puntos fuertes y débiles.
- Has entrenado duro, tu cuerpo necesita regenerarse y requiere que le escuches y le prestes la máxima atención, que te des cuenta que los esfuerzos indiscriminados, sin el reposo apropiado, no solo perjudicarán el rendimiento, si no también la salud.
- Cuando aumentes la carga de entrenamiento, especialmente con deportistas jóvenes, no lo hagas de manera indiscriminada, es mejor y más correcto mantener sobrecargas similares y apropiadas durante 3-5 semanas, antes de introducir cambios significativos en la preparación. Incrementar el nivel de sobrecarga frecuentemente y sin control, puede originar desajustes en la preparación, disminuir el rendimiento y en determinadas circunstancias poner en peligro nuestra energía.
- El entrenamiento ha de ser estimulante y, aunque a veces algunos ejercicios sean largos y tediosos, si se tiene claro el objetivo de la sesión, es posible que el nadador comprenda que está haciendo progresos, lo cuál pude resultar excitante y alentador en su motivación.
- Me parece que la recuperación apropiada de las lesiones y enfermedades crónicas del nadador, debe corresponder a los profesionales pertinentes. Creo que es mejor no entrenar en determinados casos, en otros reducir considerablemente la carga de trabajo, a niveles de mantenimiento, ya que de lo contrario, si nos precipitamos, el periodo de recuperación podría ser más prolongado de lo estimado
- Disfrutar de buenas instalaciones, entrenar junto a un buen equipo de trabajo y disponer de un grupo de nadadores ilusionado y animado es fundamental a la hora de obtener buenos resultados, pero no siempre supone garantía de éxito.
- A veces, cuando estás solo y sin medios a tu alcance, con infinidad de obstáculos que dificultan tu camino, el destino es justo y te tiende una mano, cuando más lo necesitas, como si quisiera estar a tu lado y de alguna manera recompensar tu esfuerzo y valía
- La gloria es voluble y en ocasiones no premia a los que más cualidades tienen para triunfar, pero casi siempre, a los que más trabajan.
- A pesar de los inconvenientes que se te presenten, nunca dejes de intentarlo, no desesperes ante la adversidad, agudiza el ingenio y persevera en tus metas. La victoria te puede estar esperando a la vuelta de la esquina.
- Si careces de medios y de infraestructuras adecuadas para tu preparación, nunca te desanimes, ingéniatelas para crear un ambiente de trabajo y competición idónea para la práctica de la actividad, donde se inspire unidad, pasión y solidaridad.
- Aprende que los éxitos no llegan solos, que surgen después de mucho trabajo y esfuerzo y que si quieres codearte con los mejores, necesitas forjar un alto grado de cohesión, a través de la entrega desinteresada de todos los miembros del equipo, con la certeza de que el individualismo incontrolado de alguno de ellos os privará del objetivo final.
- Creer siempre en lo imposible, luchar contra corriente, con la generosidad de un soñador y la firmeza del que se considera invencible, y hacer del corazón partícipe de vuestros retos.
Es bueno comprender que el rendimiento de un deportista no es siempre el mismo, que sufre frecuentemente altibajos y vicisitudes, que hay muchos caminos para alcanzar el éxito y que si queremos progresar apropiadamente, debemos ser constantes y flexibles.