Agustín Artiles Grijalba -Champi-

El triunfo final es el objetivo más codiciado por entrenador y atleta, pero existen otro tipo de logros que por sí solos y su importancia son muy valiosos, que incomprensiblemente no le damos la importancia que se merecen y relegamos al olvido. Éxitos labrados con actitud y perseverancia, que nacen del campeón que hay en tu interior, de tu audacia y denuedo, de la generosidad de un sentimiento, de superar la fatalidad de un percance, una inesperada lesión, o simplemente superar tus límites personales.

El campeón no es tan solo el que vence a sus oponentes, llega primero a la meta y el más laureado. Es el triunfador, que tropieza pero no se doblega y lejos de rendirse, apuesta por levantarse cuando nadie lo espera. Un deportista que refleja nobleza, se las ingenia y prospera en sus metas, que pareciendo minúsculo, con atrevimiento y tesón, agranda sus sueños y los hace mayúsculos.

Un campeón, que bien pudieras ser tú y aún no te has enterado, que atesoras méritos que el marcador  final aún no ha reflejado, pero en tu corazón permanecen grabados

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